Los sistemas de alerta temprana son un medio probado y viable de ayudar a la población a adaptarse al cambio climático. Estos sistemas pueden llegar a multiplicar por diez la rentabilidad de la inversión al salvar vidas y medios de subsistencia en caso de fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas e inundaciones cada vez más intensas y frecuentes. Y las tecnologías inteligentes e innovadoras desempeñan un papel cada vez más importante para hacerlos eficaces.
Estas fueron las principales conclusiones de una reunión celebrada el mes pasado por el Comité Ejecutivo de Tecnología de la CMNUCC en colaboración con el grupo de niños y jóvenes de la CMNUCC, que convocó un debate "en profundidad" sobre los Sistemas de Alerta Temprana en la edición de 2023 de la Conferencia de la Comunidad Global de Tecnología e Innovación Sostenibles (G-STIC) en Río de Janeiro, Brasil.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha hecho de la iniciativa de la ONU "Alerta Temprana para Todos" una prioridad, con la Organización Meteorológica Mundial a la cabeza. El objetivo de la iniciativa es garantizar que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos por sistemas de alerta temprana en un plazo de cinco años.
En la COP27 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Sharm el-Sheikh (Egipto) el año pasado, se anunció un plan de acción ejecutivo para la iniciativa.
En Brasil, expertos y profesionales debatieron actividades específicas alineadas con el plan y la iniciativa. Entre los participantes había representantes de gobiernos nacionales y locales, organizaciones internacionales y procesos intergubernamentales, el sector privado y redes juveniles. Compartieron sus ideas y experiencias en relación con las tecnologías emergentes y transformadoras para los sistemas de alerta temprana y las oportunidades y retos para desplegar dichas tecnologías.
Algunas de las tecnologías clave son:
- Inteligencia artificial (IA) para detectar, supervisar y pronosticar sucesos, y comunicar eficazmente catástrofes inminentes o en curso adaptadas a las necesidades de los grupos destinatarios. La IA puede, por ejemplo, ayudar a predecir el comportamiento colectivo en caso de emergencias, permitiendo una mejor planificación.
- La teledetección y la tecnología de satélites para desarrollar predicciones que puedan evitar y minimizar las pérdidas y los daños inducidos por el clima, junto con servicios y sistemas de telecomunicaciones que puedan ayudar a las comunicaciones de riesgo y las alertas tempranas. Por ejemplo, en Belice es posible avisar con un día de antelación gracias a esta tecnología, con lo que el número de víctimas relacionadas con huracanes en el país se ha reducido casi a cero.
- El envío y recepción de mensajes de texto geolocalizados en zonas de riesgo por fenómenos meteorológicos extremos. En Haití, por ejemplo, se envían mensajes automáticos a los teléfonos móviles que se adaptan en función de la ubicación del destinatario para garantizar que reciba información útil.
- El "internet de las cosas" puede mejorar la eficacia de los sistemas de alerta temprana en asentamientos humanos, tanto para edificios públicos como privados. En Sudáfrica, por ejemplo, un sofisticado sistema de alarma electrónica en red reduce los riesgos de incendios forestales al proporcionar vigilancia en directo y alertas por SMS a los residentes y sus vecinos, desencadenando una rápida respuesta comunitaria.
- Soluciones basadas en la naturaleza y que la incluyan para una adaptación transformadora y la reducción del riesgo de catástrofes. Las soluciones basadas en la naturaleza son, por ejemplo, la plantación y protección de manglares para reducir el impacto de las frecuentes mareas de tempestad en las costas.