Ciudad de México.- El Gobierno de México dio un anuncio hoy sobre la actualización de sus compromisos climáticos adquiridos en el Acuerdo de París.
El Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, hizo el anuncio en compañía del Enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, durante una conferencia de prensa en la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se desarrolla en Sharm al Shaij, en Egipto.
Ebrard dijo que México se compromete a aumentar su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para pasar de un 22% (objetivo establecido en 2015) a un 35% para 2030 “para acelerar la transición energética en Norteamérica”.
El Canciller dijo que eso significa duplicar en los próximos ocho años la capacidad de generación de energías limpias en el País, tales como las energías solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica.
Significa también 2 millones de hectáreas adicionales de Áreas Naturales Protegidas y procesos de reforestación de 1.5 millones de hectáreas con más de 1.1 millones de árboles plantados, así como la aceleración de la adopción de la electromovilidad y la eficiencia energética en México”, añadió.
"Con el apoyo de Estados Unidos, se calcula que se requerirá una inversión adicional entre 2022 y 2030 de aproximadamente 48 mil millones de dólares que será movilizada desde los sectores público y privado para poder lograr esta duplicación de la generación de energías limpias", añadió, “para reducir 52 millones de toneladas de emisiones de carbono”.
Ni Ebrard ni Kerry precisaron un monto del apoyo financiero estadounidense para esta tarea.
Kerry dijo que “este es un cambio enorme y significativo desde donde estaba México el año pasado en Glasgow”, y agregó que fue la culminación de un largo trabajo bilateral.
El anuncio se produjo días después de que el Gobierno mexicano adelantara en un comunicado que realizaría un pronunciamiento sobre la actualización de su NDC en Egipto.
“México llega a la COP27 sobre Cambio Climático con el compromiso de aumentar la ambición de su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) para pasar del 22% al 30% en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con recursos propios, además de una meta condicionada fortalecida del 36% al 40%”, detalla el comunicado emitido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) hace algunos días.
En el mismo documento, la Semarant también sostiene que la reducción de emisiones de carbono negro, en tanto, se mantiene en 51% por debajo de una línea base tendencial para 2030 en forma no condicionada, y en 70% por ciento de manera condicionada.
En el texto se añade que la misma dependencia gubernamental tiene identificadas más de 40 medidas en todos los sectores económicos que permitirán una reducción total anual estimada para 2030 de 88.9 MtC02 (millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente), y que dichas acciones se ubican en 3 ejes: soluciones basadas en la naturaleza, transporte bajo en carbono, y regulación y fomento industrial.
A continuación, se incluye una declaración de Andrés Flores Montalvo, director de los programas Clima y Energía del Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés).
“La importancia de México en la consecución del objetivo mundial de mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales es indiscutible. El País ocupa el lugar 14 en términos de emisiones de GEI, con el 1.35% de las emisiones globales debido al tamaño y naturaleza de su economía. Pese a lo anterior, excluyendo los cambios de uso del suelo y la silvicultura, sus emisiones totales aumentaron un 62% entre 1990 y 2019, y se prevé que continúen en aumento hasta al menos 2030.
México, además, ocupa el noveno lugar en la lista de países con mayores pérdidas económicas por desastres de las últimas décadas, un estrés adicional a la crisis socioeconómica postpandemia.
A la espera de la precisión y los detalles del plan presentado por el Gobierno mexicano sobre cómo proyectan lograr las metas de reducción de emisiones planteadas, desde WRI México reiteramos que una NDC más ambiciosa permitirá al País unirse a otras naciones cuyos compromisos climáticos les permitirán crear un futuro más seguro, próspero, inclusivo y resiliente, y refrendamos nuestra disposición de colaborar con todos los actores de la sociedad que tienen un papel que cumplir en la consecución de ese objetivo.
En efecto, para lograr un camino de descarbonización profunda para México, las intervenciones deben enfocarse en sustituir la electricidad generada a partir de combustibles fósiles por energías renovables como la principal fuente de energía antes de 2040. Esto forzosamente debe incluir, además de la electrificación de vehículos, políticas e infraestructura que favorezcan los modos de transporte público y, por otra parte, deben implementarse prácticas de gestión agrícola y forestal para reducir las emisiones y aumentar la absorción de carbono. Actualmente, México figura entre los 10 países con mayor deforestación, con casi 300 mil hectáreas de bosque primario desaparecidas sólo en 2020.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático estima que, de aplicarse 35 medidas de mitigación de GEI que abatirían 237 MtCO2e a 2030, las inversiones agregadas requeridas serían del orden de 104 mil millones de dólares, mientras que los beneficios asociados ascenderían a aproximadamente 157 mil millones de dólares durante la vida útil de estas inversiones.
Los beneficios de hacer esto no serían sólo del orden económico. Con el logro de la meta climática condicionada, se evitarían unas 26 mil muertes de aquí a 2030, y más de 38 mil para 2050. Se estima, además, que una vía de descarbonización que introduzca energías limpias en México podría generar 667 mil años de trabajo para 2030, y 475 mil años de trabajo adicionales en toda la cadena de valor a esta fecha (un año de trabajo es definido como un empleo a tiempo completo para una persona durante un año).
Sin duda, el anuncio realizado por el Gobierno mexicano es una buena señal, luego de que, dos años atrás, el País presentara una NDC actualizada que no incrementaba la ambición y era, por tanto, contraria al principio de progresividad del Acuerdo de París, razón por la que fue invalidada por un juez.
La sociedad mexicana y la comunidad internacional quedan ahora a la espera de conocer con precisión y al detalle cada una de las acciones delineadas por el Gobierno de México. Deseamos que las buenas señales se conviertan en realidades concretas medibles y con impacto comprobable, ya que la urgencia de la acción climática en México es imperante.
“Como lo señaló el Secretario General de la ONU, António Guterres: ‘estamos en la lucha de nuestras vidas y estamos perdiendo. Nuestro planeta se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible. Estamos en una carretera hacia el infierno climático con el pie en el acelerador’. Un estudio recién publicado por el Global Carbon Project lo confirma: 2022 será el año de mayores emisiones GEI provenientes de combustibles fósiles del que se tiene registro.
Las decisiones sobre el camino climático y energético que seguirá el País tendrán un impacto considerable y sostenido en el desarrollo económico y social de México en las próximas décadas. Las personas con menos recursos y mayor vulnerabilidad en particular tendrán un futuro mejor si México efectivamente adopta un ambicioso objetivo de reducción de emisiones para 2030 y se compromete y transita a una economía descarbonizada hacia mediados de siglo.”