Sharm El-Sheikh, Egipto.- La igualdad de género como un eje indispensable para la transición justa y sostenible en Latinoamérica, fue abordado en el pabellón de Euroclima en la COP27, con la participación como panelista de María Inés Rivadeneira, coordinadora de Políticas para América Latina y el Caribe de WWF.
“Abordar este tema en una cumbre del clima es muy importante, porque existen relaciones asimétricas de poder en el mundo y una estructura desigual, lo que hace que los efectos negativos del cambio climático impacten de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables. Entre estas se encuentran las mujeres, que están sobrerrepresentadas en sectores pobres o extremadamente pobres, en los sectores informales de la economía o en los mal pagados”, dijo la experta de WWF.
“Asimismo, las mujeres cumplen una doble o tercera jornada laboral, debido a sus roles tradicionales de género lo que dificulta su capacidad de adaptarse a estas transiciones que se requieren para enfrentar el cambio climático”, agregó.
En su presentación, Rivadeneira compartió algunos casos de éxito en la adopción de la mirada de género y la acción climática y ambiental, como bioemprendimientos indígenas en Perú, Ecuador y Colombia, así como economías cooperativas y el trabajo en el sector de residuos, específicamente con recicladoras de base. También comentó la iniciativa de Ciudad de México sobre captura de agua en la que se promueven cambios transformadores en la distribución de las tareas de cuidado en los hogares.
Datos y visiones
Mónica Castillo, especialista en empleo verde de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), expuso la desigualdad de género desde lo global a lo regional.La experta mencionó que los grupos vulnerables en términos de desigualdades, como las mujeres, pueblos indígenas y jóvenes, muestran una alta dependencia de los recursos naturales; por lo tanto, sus posiciones desiguales podrían agudizarse en el marco de la actual crisis climática. Por lo mismo, se busca maximizar las oportunidades que puede abrir una economía verde, minimizando los riesgos para estos grupos, lo cual debe llevarse adelante con participación en la toma de decisiones en torno a la transición justa.
Por su parte, María Elena Valenzuela, también especialista en empleo verde, aportó datos regionales de un estudio que refleja “la paradoja que es América Latina”, subcontinente que se estima aporta sólo el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero que sufre con mucha fuerza los impactos de fenómenos climáticos extremos.
Valenzuela recordó que la región también está cruzada por una desigualdad estructural, con una extrema concentración de la tierra y un uso inapropiado de recursos naturales -puntos clave en el contexto climático-, además de una población mestiza donde afrodescendientes e indígenas sufren los mayores niveles de exclusión y discriminación. Así, para la experta no es posible abordar una transición justa y sostenible sin hacerse cargo de la desigualdad en su conjunto.
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