El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió que el mundo no está protegiendo a la población de la crisis climática y pidió que se tomen medidas audaces en la presentación del informe sobre la adaptación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Las personas que se encuentran en primera línea de la crisis climática están al final de la cola para recibir ayuda. El mundo está muy lejos de detener el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero y de iniciar los esfuerzos desesperadamente necesarios para planificar, financiar y aplicar la adaptación a la luz de los crecientes riesgos.
Las necesidades de adaptación en el mundo en desarrollo se dispararán hasta los 340 mil millones de dólares anuales para 2030. Sin embargo, el apoyo a la adaptación es hoy menos de una décima parte de esa cantidad. Las personas y comunidades más vulnerables están pagando el precio.
La adaptación debe tratarse con una seriedad que refleje el mismo valor de todos los miembros de la familia humana. Es hora de una revisión global de la adaptación al clima que deje de lado las excusas y tome la caja de herramientas para solucionar los problemas”, sostuvo Guterres.
EL secretario sostuvo que a partir de la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, la brecha de adaptación debe abordarse de cuatro maneras fundamentales.
En primer lugar, aumentando drásticamente la cantidad y la calidad de la financiación para las necesidades de adaptación.
El año pasado, los países desarrollados acordaron duplicar el apoyo a la adaptación hasta los 40 mil millones de dólares anuales para 2025.
También dijo que en la vigésimo séptima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), deben presentar una hoja de ruta creíble con hitos claros sobre cómo se entregará esto, preferiblemente en forma de subvenciones, no de préstamos.
También deben utilizar su influencia como accionistas gubernamentales de los bancos multilaterales de desarrollo para dar prioridad a la adaptación, la resiliencia y la vulnerabilidad. Al menos la mitad de la financiación para el clima debería destinarse a la adaptación.
En segundo lugar, el mundo necesita urgentemente un nuevo modelo de negocio para convertir las prioridades de adaptación en proyectos invertibles.
Hay un desajuste entre lo que los gobiernos proponen y lo que los financiadores consideran invertible.
“El proceso de inversión está bloqueado; debemos desbloquearlo ahora. Necesitamos un aumento global de la inversión en adaptación para salvar millones de vidas de la carnicería climática. Ya es hora de que haya una coordinación sin precedentes entre los gobiernos receptores, los socios de desarrollo y otros financiadores. Es la única manera de garantizar que las prioridades divergentes se unan para apoyar los esfuerzos de adaptación de los países en desarrollo”, dijo el líder de la ONU.
En tercer lugar, se necesita de mejores datos e información sobre el riesgo climático. Los países y las comunidades vulnerables necesitan tener acceso a datos e información localizados sobre los riesgos climáticos para fundamentar las acciones de adaptación. “Desafío a los gobiernos, al mundo académico, a las instituciones de datos y tecnología digital y a las empresas privadas a que trabajen juntos para impulsar la inversión y hacerla realidad. Esto salvará vidas y protegerá los medios de subsistencia”, afirmó Guterres.
En cuarto lugar, las naciones deben asegurarse de cumplir el llamamiento a favor de los sistemas universales de alerta temprana en un plazo de cinco años, proporcionando el apoyo financiero y técnico necesario para aplicar el plan de acción que presentará la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a la COP27.
Estas cuatro prioridades exigen una cooperación y un apoyo internacional sin precedentes.
Guterres también dijo que se debe de reconocer que, en muchos lugares, es demasiado tarde para la adaptación. “La COP27 debe proporcionar una hoja de ruta clara y con plazos definidos para cerrar la brecha de financiación para hacer frente a las pérdidas y los daños. Esta será una prueba de fuego para el éxito de la COP27. El mundo debe dar un paso adelante y proteger a las personas y comunidades de los riesgos inmediatos y cada vez mayores de la emergencia climática”, concluyó.