Ginebra/Nueva York.- Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los niveles atmosféricos de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron nuevos máximos históricos en 2021, lo cual supone otra fatídica advertencia del cambio climático.
En el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero se explica que, en 2021, se produjo la mayor subida interanual de las concentraciones de metano desde que comenzaron las mediciones sistemáticas hace casi 40 años. La razón de este incremento excepcional no está clara, pero parece ser el resultado de procesos tanto biológicos como provocados por las actividades humanas.
El aumento de los niveles de dióxido de carbono registrado entre 2020 y 2021 fue superior a la tasa media de incremento anual del último decenio. Las mediciones de la red de estaciones de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM muestran que estos niveles siguen creciendo en 2022 en todo el planeta.
Entre 1990 y 2021, el efecto de calentamiento del clima (denominado “forzamiento radiativo”) provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración aumentó casi un 50%, incremento al que el dióxido de carbono contribuyó en aproximadamente un 80%.
En 2021, las concentraciones de dióxido de carbono fueron de 415.7 partes por millón (ppm), las de metano, de 1 908 partes por mil millones (ppmm), y las de óxido nitroso, de 334.5 ppmm. Estos valores constituyen, respectivamente, el 149%, el 262% y el 124% de los niveles preindustriales, que corresponden a las concentraciones existentes antes de que las actividades humanas empezaran a alterar el equilibrio natural de esos gases en la atmósfera.
El Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas, declaró que “el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero ha puesto de manifiesto, una vez más, el enorme reto —y la necesidad vital— de adoptar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar que la temperatura mundial aumente aún más”.
El continuo aumento de las concentraciones de los principales gases que retienen el calor y la aceleración sin precedentes de la acumulación de metano en la atmósfera muestran que vamos en la dirección equivocada”, advirtió.
Asimismo, señaló que “existen estrategias rentables para hacer frente a las emisiones de metano, especialmente las del sector de los combustibles fósiles, y deberíamos aplicarlas sin demora. Sin embargo, el metano tiene un período de vida relativamente corto, menor a diez años, por lo que su efecto en el clima es reversible. La prioridad principal y más urgente es reducir las emisiones de dióxido de carbono, que son la causa principal del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos asociados y repercutirán en el clima durante miles de años, al inducir la pérdida de hielo polar, el calentamiento de los océanos y el aumento de nivel del mar”.
“Tenemos que transformar nuestros sistemas industriales, energéticos y de transporte, y todo nuestro estilo de vida. Los cambios que deben aplicarse son asequibles desde el punto de vista económico y viables en el plano técnico. El tiempo se agota”, aseguró el profesor Taalas.