México.- Ante los retos que el sector hidráulico enfrenta, relacionados con la calidad, el exceso y la escasez de agua, agravados por el cambio climático, se toman medidas de remediación e incluso se hace frente a la naturaleza, que puede generar efectos catastróficos, mediante infraestructura monumental, como las presas.
La grave problemática de disponibilidad de agua y de seguridad alimentaria y energética, ha evidenciado que las presas seguras son una herramienta que permite mejorar las condiciones de vida de la humanidad.
Así lo explicó el subdirector general técnico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Humberto Marengo Mogollón, al impartir la conferencia magistral Seguridad en Presas, en la Universidad Autónoma de Nuevo León, ante estudiantes de diversas instituciones académicas e integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de Nuevo León y de Agua y Drenaje de Monterrey, entre otras instituciones.
Señaló que en el proceso constructivo de estas magnas obras se combina el conocimiento de todas las ramas de la ingeniería, así como otras especialidades, con el fin de reducir en lo posible los embates de la naturaleza.
Destacó que las presas permiten almacenar agua para el consumo humano, la producción de alimentos, generación de energía y facilitar el desarrollo industrial y, con ello, contribuir a garantizar ese abasto para las generaciones jóvenes.
Reconoció que es necesario tener mejores presas para lograr un mundo más favorable, es decir avanzar hacia una mejor planeación de estas obras para encaminarlas hacia la sustentabilidad y la sostenibilidad, con el fin de tener la calidad de vida que añoramos.
Detalló que en el mundo hay 138 mil grandes presas construidas, de las cuales la gran mayoría están en China, Asia, Estados Unidos, Europa del Este, África y Sudamérica. En tanto, han ocurrido 185 fallas catastróficas.
Para reducir este riesgo, se conformó la Comisión Internacional de Grandes Presas (ICOLD, por sus siglas en inglés), una organización mundial que rige el diseño, operación, construcción y estudio de las presas, y que estableció que se necesita estudiar dichas infraestructuras tomando en cuenta las incertidumbres en las cargas, la resistencia de los materiales a los fenómenos como la lluvia y los sismos, así como establecer un “Gerenciamiento de Seguridad de Presas durante el ciclo de vida de las presas”.
Dicha responsabilidad actualmente recae en Conagua, lo que le significa ser responsable de estas infraestructuras y, al mismo tiempo, evaluador de su seguridad. Por el contrario, destacó, a nivel mundial este tema recae en organismos independientes, que son quienes revisan los proyectos y establecen los lineamientos a seguir.
Humberto Marengo informó que la principal causa de falla de las presas es el desbordamiento, lo que se ha ido incrementando y puede generarse por una inadecuada estimación de las avenidas de agua, una falla en la operación de las compuertas o la ocurrencia de un deslizamiento de tierra; sin dejar de considerar que el cambio climático ocasiona fenómenos hidrometeorológicos más intensos.
Sumado a ello, advirtió, los riesgos ante las lluvias históricas se incrementan debido a la falta de ordenamiento territorial, lo que es fundamental observar en México, que es altamente vulnerable a ciclones tropicales, debido a su posición geográfica.
Finalmente, Marengo Mogollón hizo un llamado a los técnicos para robustecer los análisis técnicos en los procesos de planeación de las presas, preparase más para reducir los riesgos de las tres circunstancias del agua, manejar el tema hídrico de manera multidisciplinaria, establecer un gerenciamiento de riesgos, y planear la infraestructura con la gente y la sociedad, con el fin de optar por las que garanticen menos riesgos para la población.