Roma.- La temperatura media de las principales ciudades italianas es cada vez más alta y, en las últimas dos décadas, aumentó notablemente debido al cambio climático y la urbanización, con un ascenso de 2 grados en el caso de Roma y de 1.9 en Milán (norte), informó hoy el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat).
En 2020 la temperatura media de las capitales regionales italianas fue de 15.8 grados centígrados, un aumento de 1.2 grados respeto al periodo entre 1971, cuando se comenzaron a registrar datos climatológicos, y el año 2000, cuando la media fue de 14.6 grados.
Las principales causas del alza de las temperaturas son el cambio climático y los procesos de urbanización, que ejercen una gran presión sobre el medio ambiente "debido al consumo de recursos naturales y emisión de gases contaminantes" que propician el propio cambio climático, explica el organismo en un informe.
Esta situación se ha visto agravada por el descenso de las precipitaciones, con 2020 como el año menos lluvioso de las últimas dos décadas, con una precipitación total de 661 mm, lo que preocupa a los expertos.
"Los efectos del cambio climático pueden intensificar estas presiones y aumentar la vulnerabilidad de las ciudades, lo que supone un reto para que las ciudades consideren acciones de adaptación y mitigación con el fin de aumentar la resiliencia", indica el Istat.
El aumento de las temperaturas se nota especialmente en las grandes ciudades debido a la concentración de estructuras de hormigón, asfalto y metales, que marcan una diferencia térmica de entre 1 y 3 grados con los pueblos y áreas externas.
El aumento de las temperaturas ha provocado que cada vez haya más días de calor, con temperaturas máximas superiores a 25 grados y noches tropicales en las que la temperatura no baja de los 20 grados.
En las tres mayores ciudades de Italia las temperaturas aumentaron 2 grados en Roma, 1.9 en Milán (norte) y 1.4 en Nápoles (sur), mientras que las lluvias descendieron.
A pesar de que la mayoría de ciudades ha aumentado su zonas verdes, una solución natural para mejorar la resiliencia y sostenibilidad de la ciudad, Milán solo cuenta con 13.8%, muy por debajo del 35.8% que tiene Roma.