Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emprendió este jueves la segunda gira europea de su mandato, un viaje en el que tratará de volver a ganarse el entusiasmo de sus aliados después de una etapa de tensiones por la crisis de los submarinos con Francia y la caótica retirada de Afganistán.
Biden despegó rumbo a Roma, donde este viernes se reune con el papa Francisco, representantes del Gobierno italiano y el presidente francés, Emmanuel Macron, antes de participar el sábado y el domingo en la cumbre de líderes del G20; y el lunes y martes en la COP26 sobre clima en Glasgow (Reino Unido).
Antes de salir, el mandatario visitó el Congreso para promocionar un plan que le permitiría invertir más de 500 mil millones de dólares en la lucha contra la crisis climática; en un intento por conseguir una prueba concreta, antes de la COP26, de que EU puede liderar los esfuerzos sobre ese tema a nivel global.
"Esto se trata de liderar el mundo o, (de lo contrario), permitir que el mundo nos deje atrás", advirtió el mandatario, que sin embargo tuvo que irse a Roma sin una garantía clara de que el Congreso aprobará su propuesta.
Reparar la confianza
Este segundo viaje internacional de Biden como presidente será más delicado que el que hizo en junio al Reino Unido, Bélgica y Suiza; que fue básicamente una celebración del regreso de Estados Unidos a sus alianzas tradicionales después de las tensiones que marcaron el mandato de Donald Trump.
"Cuatro meses y medio después (de esa primera gira), hemos pasado de 'Estados Unidos ha vuelto' a 'Estados Unidos ha apuñalado a Francia por la espalda", dijo Heather Conley, experta en Europa en el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS), en una rueda de prensa telefónica esta semana.
Decisiones como el acuerdo sobre submarinos nucleares con el Reino Unido y Australia -que provocó que Francia perdiera un lucrativo contrato en septiembre- o la caótica ejecución de la retirada de Afganistán en agosto, han cambiado el estado de ánimo entre los socios de EU en la Unión Europea (UE), que ahora están más "decepcionados", según Conley.
La muestra más clara de si se puede reparar esa confianza saldrá de la reunión que Biden mantendrá este viernes con Macron, con quien ya ha hablado por teléfono dos veces desde que comenzó el contencioso de los submarinos, por el que París llegó al extremo de retirar temporalmente a su embajador en Washington.
El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, confió este jueves en que ese encuentro sea "constructivo" y adelantó que concluirá con un comunicado conjunto, en el que Biden y Macron hablarán de su cooperación en temas como energía, tecnología, el Indopacífico y la lucha contra el terrorismo.
Energía, cadena de suministros y fiscalidad global
Las prioridades de Biden en el G20 incluirán actuar para rebajar los precios de la energía y resolver los problemas sobre las cadenas de suministro, y el presidente hará "anuncios" concretos sobre lo que Estados Unidos planea hacer para resolver ese último asunto, explicó Sullivan este jueves.
La otra gran prioridad de Biden será conseguir que los líderes del G20 "respalden del todo" el impuesto mínimo de sociedades de al menos el 15% a nivel global, y también espera conseguir avances en lo relativo a la financiación de medidas climáticas y a la preparación para futuras pandemias, agregó el asesor.
El sábado, Biden participará además en una reunión a cuatro bandas con Macron, la canciller alemana, Angela Merkel; y el primer ministro británico, Boris Johnson; que estará centrada en los esfuerzos de retomar las negociaciones sobre el acuerdo nuclear con Irán, según Sullivan.
El mandatario también tiene previsto reunirse en Glasgow con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, después de las recientes tensiones por las que Ankara estuvo a punto de expulsar a los embajadores de EU y otros países occidentales.
La Casa Blanca ha dejado espacio en la agenda para otras reuniones bilaterales que están aún por confirmar en Roma o en Glasgow, a donde Biden llegará el lunes para participar en la cumbre de la COP26.
En esa cita, EU y la UE quieren lograr un acuerdo que permita reducir en un tercio las emisiones de metano en todo el mundo para 2030, pero todavía tienen que convencer a países reticentes, como Rusia.
Biden esperaba poder dar ejemplo si el Congreso estadounidense incluía en su plan de gasto social una tasa a las emisiones de metano, pero por ahora no hay garantías de que esa medida vaya a estar en el acuerdo final.
Pese a las brechas que le quedan por salvar a nivel interno y con sus aliados, Biden espera beneficiarse de asistir en persona a las cumbres de Roma y Glasgow; mientras que sus dos grandes rivales geopolíticos, el chino Xi Jinping y el ruso Vladímir Putin, seguirán solo algunos de los actos por vía telemática.
"Ni los líderes de China ni los de Rusia estarán en la sala en Roma. Va a ser interesante", recalcó este jueves Sullivan.