Bruselas.- Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) reconocieron este lunes que la crisis climática es una "amenaza existencial para la humanidad" y pidieron a todas las partes que "mejoren la ambición" de sus contribuciones para reducir las emisiones antes de la COP26 de finales de año en Reino Unido.
En sus conclusiones, publicadas tras el Consejo de Exteriores celebrado en Bruselas de forma presencial, los ministros señalan que la acción climática global aún no alcanza lo que se requiere para lograr los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Somos muy conscientes de que estamos avanzando hacia el fin de la era de los combustibles fósiles
Por eso, en las conclusiones sobre "Diplomacia climática y energética: hacer realidad la dimensión exterior del Pacto Verde Europeo", los ministros de Exteriores reconocen que "existe una necesidad urgente de una acción global colectiva y decisiva".
"Somos muy conscientes de que estamos avanzando hacia el fin de la era de los combustibles fósiles, que tenemos que gestionar la transición energética para buscar una financiación justa para el clima. Necesitaremos muchos recursos para multiplicar por cinco la cuota de recursos renovables", dijo el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, en rueda de prensa.
Por eso, y pese a que la UE es el mayor contribuyente de financiación pública para el clima -de 2013 a 2019 duplicó su contribución a 23 mil 200 millones de euros-, los jefes de la diplomacia europea confirmaron su "compromiso continuo" de seguir aumentando la movilización de la financiación climática internacional.
"Nos comprometeremos principalmente con África, que sólo representa hoy el 2 por ciento de las emisiones mundiales (...) Si queremos que los africanos, que están aumentando en número, tengan el mismo nivel de vida, tendrán que aumentar su consumo energético y al mismo tiempo, no aumentar las emisiones de CO2. Esto requerirá un esfuerzo gigante y tendremos que permanecer al lado de nuestros aliados africanos", afirmó Borrell.
En este sentido, la diplomacia energética de la UE tendrá como objetivo principal acelerar la transición energética global, promoviendo la eficiencia energética y las tecnologías renovables.
Al mismo tiempo, la UE desalentará nuevas inversiones en proyectos de infraestructura basados en combustibles fósiles en terceros países, a menos que estén alineados con una vía ambiciosa de neutralidad climática, y apoyará los esfuerzos internacionales para reducir el impacto ambiental y de gases de efecto invernadero de infraestructura de combustibles fósiles existente.
El Consejo, en sus conclusiones, también pide "la eliminación mundial del carbón en las producciones de energía y lanzará o apoyará el lanzamiento de iniciativas internacionales para reducir las emisiones de metano".
Conscientes del vínculo intrínseco entre el cambio climático y la seguridad y la defensa, los Veintisiete destacan además la importancia de estructuras multilaterales efectivas y la profundización de la cooperación internacional.