Londres.- Para 2070, el 19 por ciento de la superficie terrestre del planeta, hogar de 3 mil 500 millones de personas, podría enfrentarse a una temperatura media anual de 29 grados Celsius, por lo cual aunque habría temporadas muy por debajo, serían seguidas por veranos muy calurosos.
Actualmente, sólo 0.8 por ciento de la superficie terrestre experimenta una temperatura media anual, y la mayor parte se encuentra en la región del desierto del Sahara, al norte de África, pero el crecimiento de la población y los aumentos proyectados en las temperaturas medias planetarias expandirán esta zona de peligro a una quinta parte del planeta, para abarcar a un tercio de la población mundial.
La conclusión, publicada en las actas de la Academia Nacional de Ciencias, parece un avance dramático en las repetidas advertencias de que las temperaturas promedio planetarias podrían estar 3 grados Celsius por encima del promedio, pero puede que no sea así.
Una diferencia importante es que los pronósticos de la ciencia climática tienden a describir todo el planeta, pero casi tres cuartas partes son océanos, que se calientan más lentamente que las superficies terrestres.
Otra es que los pronósticos climáticos predicen el cambio promedio para una esfera con una circunferencia de 40 mil kilómetros, y el tercer factor es que tales predicciones no abordan específicamente dónde eligen vivir los humanos.
“Los cálculos muestran que cada grado de calentamiento por encima de los niveles actuales corresponde a aproximadamente mil millones de personas que caen fuera del nicho climático”, afirma Xu Chi, de la Universidad de Nanjing en China.
Chi y sus coautores partieron de la premisa de que los humanos tienen un nicho climático preferido, para lo cual revisaron seis mil años de la historia de la civilización y concluyeron que la mayoría de la humanidad floreció en un espacio climático con promedios anuales de entre 11 y 15 grados Celsius.
Un número menor de personas vivía en lugares donde la temperatura promedio oscilaba entre 20 y 25 grados Celsius.
También descubrieron que aunque las civilizaciones se cayeron y levantaron, pueblos enteros desaparecieron en medio de guerras, plagas y hambrunas; poblaciones enteras emigraron o invadieron otros hogares, casi toda la humanidad continuó prefiriendo vivir en zonas con temperaturas de entre 11 y 15 grados Celsius.
"Este nicho climático sorprendentemente constante representa limitaciones fundamentales sobre lo que los humanos necesitan para sobrevivir y prosperar”, señaló por su parte Marten Scheffer, de la Universidad de Wageningen de los Países Bajos.
Sin embargo, en los próximos 50 años se espera que la temperatura promedio aumente en 7.5 grados Celsius, y afecte 3 mil 500 millones de personas, que vivirían en el 19 por ciento de la superficie del planeta.
Muchas de ellas estarían expuestas a temperaturas y condiciones climáticas que en este momento se considerarían difíciles para sobrevivir.
En las últimas semanas, los científicos del clima han advertido que el aumento de las temperaturas representa una amenaza directa para los ecosistemas naturales de los que depende la civilización humana, y que la cantidad de días peligrosamente calientes para los trabajadores agrícolas estadounidenses casi se duplicará.
Asimismo, que combinaciones potencialmente letales de calor y humedad concebidas como peligros futuros, ya podrían haber llegado, aunque todavía en lugares limitados y por breves períodos.
También señalan que el sur de Asia, en particular, está en mayor peligro debido a las temperaturas cada vez más extremas y la contaminación por asfixia, gracias al cambio climático global.
Pero el último intento de ver el panorama general supera todos estos hallazgos. “Como nuestros hallazgos fueron sorprendentes, tomamos un año adicional para verificar todas las suposiciones y cálculos, y decidimos publicar todos los datos y códigos de computadora para mayor transparencia y para facilitar el seguimiento por otros”; dijo Chi.
Lo que sucederá en los próximos 50 años en circunstancias en que los gobiernos continúen autorizando el consumo de combustibles fósiles es difícil de predecir con certeza.
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