Nueva York.- El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que la actividad humana y el cambio climático están interrumpiendo los ciclos naturales del agua, poniendo a los ecosistemas de agua dulce bajo presión, además de que la contaminación, el desarrollo de infraestructura y la extracción de recursos plantean desafíos adicionales.
El PNUMA explica que el agua cubre más de dos tercios de la superficie de nuestro planeta, pero casi el 98 por ciento se encuentra en los océanos y otros cuerpos de agua salada, mientras que la mayor parte del agua dulce se congela en capas de hielo y glaciares.
El agua dulce de fácil acceso, que se encuentra en ríos, lagos, humedales y acuíferos, representa menos de uno por ciento del suministro hídrico del mundo, pero sustenta una enorme biodiversidad y es esencial para la supervivencia humana.
A medida que la población mundial crece, también lo hacen las demandas de agua para el saneamiento, la agricultura, la producción de energía y para beber, entre otros usos. “La actividad humana y el cambio climático están interrumpiendo los ciclos naturales del agua, poniendo a los ecosistemas de agua dulce bajo presión”, a lo que se suman la contaminación, el desarrollo de infraestructura y la extracción de recursos como desafíos adicionales.
Alerta el PNUMA que “no podemos permitirnos ser descuidados con este recurso vital, motivo por el cual la ONU apoya a los países para promover la gestión, protección y restauración de los ecosistemas de agua dulce del mundo de manera integrada, al tiempo que aumenta la capacidad de recuperación ante desastres naturales y conflictos”.
Los objetivos de la ONU en este sector buscan apoyar el bienestar humano, promover el crecimiento inclusivo, mejorar la salud ambiental y aumentar la resiliencia, al tiempo que se reduce el riesgo, como parte de la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.