México.- La directora general del programa de océanos del Fondo de Defensa Ambiental (EDF, por sus siglas en inglés) México, Alejandra Rodríguez, afirmó que de no tomarse medidas emergentes, en 30 años desaparecerían o se reduciría la disponibilidad de especies como abulón, huachinango y róbalo, con el consecuente impacto social.
“El cambio de la temperatura del agua está pasando y ya se están viendo migraciones de peces (...) si cambia su temperatura preferida tienen que migrar con el agua porque si esa temperatura se les hace demasiado caliente van a morir”, aseguró.
En entrevista con la agencia Notimex, la Rodríguez reveló que la especie que más se ha visto afectada por las altas temperaturas es el abulón porque se encuentra en aguas frías y si de pronto se enfrenta a eventos del calentamiento, se verá impactado.
De acuerdo con un estudio que hizo EDF en 25 pesquerías de México que representan el 70 por ciento de la captura nacional, dijo que hay algunas que resisten un poco más, como el huachinango y el róbalo, pero si se verán afectadas, “en general la mayoría estarán impactadas”, sentenció.
Éste fue publicado la víspera en la revista electrónica estadunidense PLOS ONE, en la que participaron tanto investigadores mexicanos, como de la Universidad de California, Santa Bárbara.
Advirtió que el cambio climático no solo afecta la temperatura de los océanos, sino que también está generando variaciones en el agua, como la cantidad de oxígeno, de ácido, factores que afectan enormemente a las poblaciones de peces.
Con un modelo matemático, el organismo realizó el análisis y determinó que el 84 por ciento de las pesquerías analizadas van a resultar impactadas en 30 años, siempre y cuando no se toman medidas urgentes.
Añadió que tienen que estar preparadas para el cambio que viene porque los océanos están cambiando y no se sabe con certeza qué puede ocurrir. "En algunos casos puede suceder que se caliente mucho el agua, en otras zonas es posible que lleguen tormentas e incluso la disminución de oxígeno en el agua", dijo.
“Entonces, como no sabemos exactamente, es prepararnos para el cambio” para lo cual, comentó, es indispensable contar con científicos y especialistas de estas especies, así como mecanismos de participación para que todos los interesados desarrollen las reglas de las pesquerías (gobierno, ciencia y comunidades).
Es decir, continuó, hay que diseñar planes de contingencia que eviten la desaparición de la actividad pesquera, “ahora tener los planes de contingencia es lo más importante”.
Lo que el citado modelo encontró es que si se llevan a cabo los planes de contingencia se puede resolver mucho el impacto “y en 30 años podemos proteger las pesquerías que tenemos”.
Ejemplificó que cuando los pescadores buscan algo, ellos deciden cuando van a salir e incluso la cantidad de producto que obtendrá y para protegerlos debe de haber un cambio de reglas básicas para evitar sobreexplotar las especies y actuar de acuerdo a los eventos climáticos.
Puntualizó que las acciones deben ir encaminadas a desarrollar modelos enfocados hacia la pesca sustentable, siempre tomando en cuenta la adaptación al cambio climático.