Helsinki.- Los ocho países miembros del Consejo Ártico -Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia- llevaban días negociando el contenido de la declaración conjunta, que debía ser rubricada por los ministros de Exteriores en la reunión bianual con la que concluye la presidencia rotatoria finlandesa.
Sin embargo, esto no fue posible porque la delegación de EEUU, encabezada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, se opuso firmemente a que el texto incluyese las palabras "cambio climático", un término que no convence al presidente estadounidense, Donald Trump, según indicaron varias fuentes.
Esta declaración incluía una serie de medidas concretas para frenar el calentamiento global en el Ártico y el consiguiente deshielo del océano helado que cubre buena parte de la región, como consecuencia del cambio climático.
Ante el veto de Estados Unidos, la presidencia finlandesa optó por publicar dos documentos alternativos para que la cumbre de Rovaniemi, la undécima que celebra el Consejo Ártico, no fuese un absoluto fracaso.
Uno de ellos es un breve texto de apenas 25 líneas, en el que los ocho ministros se comprometen de forma genérica a "mantener la paz, la estabilidad y la cooperación constructiva en el Ártico" y a salvaguardar "el desarrollo sostenible y la protección medioambiental" de la región.
El otro documento, de diez páginas, fue preparado por el país anfitrión y tiene todo el aspecto de estar inspirado en la fallida declaración final que debía haber sido aprobada por los ocho Estados miembros y las seis organizaciones representantes de los pueblos indígenas en el Consejo Ártico.
En él se detallan toda una serie de objetivos, compromisos y medidas para tratar de frenar el calentamiento global en la región, aunque sustituyendo "nosotros" por "la mayoría de nosotros" en aquellas frases en las que aparece el término cambio climático.
La mayoría de nosotros consideramos el cambio climático un desafío fundamental al que se enfrenta el Ártico y reconocemos la necesidad urgente de tomar medidas de atenuación y adaptación y de fortalecer su resiliencia
"La mayoría de nosotros consideramos el cambio climático un desafío fundamental al que se enfrenta el Ártico y reconocemos la necesidad urgente de tomar medidas de atenuación y adaptación y de fortalecer su resiliencia", dice el texto.
El ministro finlandés de Exteriores en funciones, Timo Soini, no quiso "dar nombres ni culpar a nadie" del fracaso de la reunión y explicó en una rueda de prensa que para que exista una declaración final en el Consejo Ártico "debe haber un consenso unánime" sobre su contenido, "algo que no ha sido posible en esta ocasión".
"Estados Unidos se quedó solo en su postura sobre la lucha contra el cambio climático y los demás países decidieron que no merecía la pena diluir los enunciados que hacían referencia al cambio climático para alcanzar un acuerdo", declaró a la prensa local Timo Koivurova, el director del Centro Ártico de la Universidad de Laponia.
La preocupación por el calentamiento global de los otros siete Estados miembros contrastó con la visión mercantilista de EEUU, que ve a esta frágil región polar como una nueva fuente de oportunidades económicas y comerciales.
El secretario de Estado estadounidense enumeró en un discurso los abundantes recursos naturales de la región, que incluyen reservas de petróleo y gas, oro, uranio, diamantes y grandes bancos de pesca.
Asimismo, resaltó que el océano Ártico se ha convertido en "un escenario de poder y competencia globales" entre las potencias mundiales, incluida China, gracias a que es cada vez más accesible para el tráfico marítimo por el derretimiento del hielo polar.
"La constante reducción del hielo marino está abriendo nuevas rutas de paso y nuevas oportunidades para el comercio. Esto podría reducir potencialmente el tiempo que cuesta viajar entre Asia y Occidente en hasta 20 días", explicó.
Pompeo no quiso mencionar en todo su discurso las palabras "cambio climático", y mucho menos apuntar a este fenómeno como el principal factor causante de ese deshielo, pese a la opinión de casi todos los expertos.
También aseguró que el presidente Trump se ha comprometido a aprovechar los recursos árticos "de manera medioambientalmente responsable", porque sabe -dijo- que "esta extensión blanca también puede ser verde"