Berlín.- En 2018 el cómputo de precipitaciones registradas en Alemania fue apenas el 60 por ciento de lo habitual en ese país, advirtió el DWD, al presentar su informe anual.
Los meses calificables de "secos" se extendieron de abril a noviembre, por lo que la situación de sequía se extendió a prácticamente todo el año, con consecuencias para el campo que se arrastrarán al año siguiente.
"Los meteorólogos coincidimos en pronosticar que estas situaciones extremas serán cada vez más frecuentes por el cambio climático", estimó el DWD en un comunicado.
La temperatura media en Alemania fue de 10.5 grados, lo que supone que fue el año más cálido desde que empezaron a registrarse estas mediciones sistemáticas, en 1881.
La combinación entre temperaturas insólitamente altas -en verano se registraron máximas de 38.9 grados centígrados- y la ausencia de precipitaciones destacables durante meses provocó estragos en el campo alemán, con la peor cosecha de patata desde 1991