San Francisco.- Nadie en la comunidad ambiental debería celebrar el coronavirus (COVID-19), porque es una tragedia y no hay otra forma de decirlo, aunque a corto plazo signifique una caída en las emisiones de gases de efecto invernadero, afirmó Jonathan Foley, director ejecutivo de Project Drawdown y científico ambiental.
“Con suerte habrá algunas lecciones duraderas, como saber que hay otras formas de hacer cosas, además de volar y conducir todo el tiempo; trabajar desde casa y el teletrabajo podrían ser opciones realmente viables, así que aprendamos cómo hacerlo bien, porque eso podría ayudar a reducir algunas de las emisiones a largo plazo si después de esta crisis las personas se apegan a esos hábitos”, aseguró el directivo.
En 2017, el grupo de reflexión Project Drawdown asumió por primera vez la pregunta “¿Cuál es realmente la mejor manera de detener el cambio climático?”, y obtuvo cien respuestas, que iban desde reducir el desperdicio de alimentos hasta implementar refrigerantes alternativos, respuestas que ahora actualizó para incorporar los últimos hallazgos.
El nombre Project Drawndown se refiere al día en que la humanidad cambia de emitir dióxido de carbono a almacenarlo y a extraer el carbono arrojado a la atmósfera. El equipo compiló sus recomendaciones, que publicó como un libro, basado en un análisis científico riguroso de los costos y el ahorro de carbono de cada solución disponible a escala en la actualidad.
Con las soluciones que existen ahora, puede estabilizarse el clima a 1.5 grados o 2 grados Celsius, aunque no sería fácil. Requiere mucha voluntad política, mucho liderazgo y mucha movilización
Foley explicó que no necesitamos avances tecnológicos o milagros políticos para llevar al mundo a emisiones netas de carbono cero.
“El mensaje principal sigue siendo el mismo: con las soluciones que existen ahora, puede estabilizarse el clima a 1.5 grados o 2 grados Celsius, aunque no sería fácil. Requiere mucha voluntad política, mucho liderazgo y mucha movilización. Pero es lo que hay en este momento”, dijo Foley.
Los números de actualización sí son bastante diferentes, sobre todo en los costos, ya que ahora las cosas son más baratas y ofrecen mejores retornos de inversión, mucho debido al uso de las energías renovables, por lo que existen datos económicos más sólido para las soluciones climáticas.
En la actualización, el mismo tipo de cosas siguen en la parte superior: el sistema alimentario, como el desperdicio de alimentos y las dietas, está bastante arriba, y cosas como los hidrofluorocarbonos (HFC), gases refrigerantes que la gente olvida.
“Por supuesto, en todas las clasificaciones hay elementos que abordan el problema de los combustibles fósiles desde diferentes ángulos, ya sea que se trate de eficiencia energética o electricidad renovable o diferentes formas de transporte".
El científico ambiental recuerda que “estamos hablando de un esfuerzo de 30 años, por lo que un período presidencial de cuatro años puede marcar una gran diferencia, pero no termina el juego, independientemente de quién gane en noviembre”, señaló en referencia a las próximas elecciones en los Estados Unidos.
“El mundo no se acaba si (Donald) Trump es reelegido; simplemente, no ayudará mucho. Y no se salvará si Bernie gana con el Nuevo Acuerdo Verde (Green New Deal). Así, no creo prudente poner todas nuestras esperanzas o miedos en un resultado electoral”.
Estimó que hay muchas palancas de poder para tirar: a nivel local, estados, bancos, Wall Street, empresas, nuestro propio comportamiento y comunidades. “Este es un problema internacional, desde nuestros vecindarios hasta los mercados internacionales, pero lo que necesitamos ahora es tiempo”.
Pensar que nos va a salvar la Cámara de Representantes, el gobierno federal o las Naciones Unidas nos llevará a desperdiciar otras tres décadas. “Debemos comenzar a liderar en otro lugar y esperar que Washington y las Naciones Unidas nos sigan”.