Más de cien países han desarrollado planes sanitarios relacionados con el cambio climático, aunque sólo 48 de ellos ha vinculado programas de adaptación y vulnerabilidad sobre la salud, según un informe de la OMS.
Así lo han explicado la directora del Departamento de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, el doctor Diarmid Campbell-Lendrum, director de Cambio Climático en la organización, y Jess Beagley, de la revista especializada "Lancet Countdown".
Neira ha señalado la preocupación de la OMS ante los resultados del estudio, en el que se ha detectado que, de los 101 países analizados, "casi todos señalan la salud como una prioridad", pero, a la hora de canalizar los fondos para paliar la crisis del cambio climático, solo se destina el 3 por ciento de los fondos a ese fin.
El Fondo Verde "no está canalizando fondos para hacer sistemas de salud más resilientes", todavía "no es una prioridad en la asignación de fondos", ha añadido.
Y esos efectos son cada vez "más severos y frecuentes actualmente en todo el planeta" contrariamente a lo que se pensaba anteriormente que afectaban solo a los países del hemisferio sur, según Neira.
Algunos de "esos efectos son, por ejemplo, el incremento de la transmisión de enfermedades tropicales, como el dengue o la malaria".
"El impacto del cambio climático sobre la salud es enorme" porque, ha subrayado, "desestabiliza nuestros pilares que nos garantizan la salud, es decir, el acceso al agua potable, a la comida, a la energía limpia y o tener un hogar, lo que obliga a mucha gente a emigrar porque las condiciones de vida se han vuelto intolerables".
Pero también "nos preocupa que las mismas emisiones que son responsables del calentamiento global, son también responsables de la contaminación del aire que son responsables de la muerte de 7 millones de personas al año en todo el mundo".
En "Latinoamérica esta contaminación del aire en las ciudades tiene un impacto muy alto en la salud de las personas y ese es uno de los aspectos más preocupantes e importantes para la OMS", más aún teniendo en cuenta que para los próximos años la ONU ha señalado que más del 70 % de la población mundial vivirá en centros urbanos.
En el área mediterránea, es importante "obviamente todo lo que venga de la desertificación o del aumento del nivel del agua del mar y la transmisión de ciertas enfermedades, según Neira.
Sin embargo, ha insistido, las causas del cambio climático son "las responsables de la contaminación que nos está invadiendo de alguna manera de forma dramática y, por lo tanto, hay que atacar a las causas para rápidamente visualizar los beneficios para la salud".
Porque los estudios científicos han visto las consecuencias de la contaminación sobre la salud con enfermedades como el asma, problemas pulmonares o cáncer, entre otros, pero las partículas van al riego sanguíneo y es importante saber que "pueden provocar otras enfermedades", ha sostenido el doctor Campbell-Lendrum.
"Es importante", por ello, "aumentar la ambición climática para luchar contra la contaminación y las emisiones causantes del calentamiento global".
Según Campbell-Lendrum, "el coste de no actuar ahora supondrá el doble para los sistemas de salud en el futuro".
Porque en "días de alta contaminación se ha detectado un incremento en la hospitalización de personas (...) y en el número de muertes" en las ciudades con índices altos de contaminación.
El "coste de no actuar es pagado por todos", por ello "es importante que todos entendamos la importancia de la descarbonización", la vulnerabilidad, la adaptación y mitigación, así como el incremento de los fondos financieros y económicos a los sistemas de salud, ha concluido Neira.
El médico ha explicado que aún no hay certeza científica de que la contaminación "sea la causante de enfermedades mentales", sin embargo, ha insistido que ante la gravedad del problema "en la COP25 se debería ampliar los fondos para la salud".