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Presentan proyecto para recuperar derechos sobre la semilla del Cempasúchil

Presentan proyecto para recuperar derechos sobre la semilla del Cempasúchil

El Proyecto Estratégico para la Conservación del Cempasúchil contempla parcelas demostrativas para la producción masiva de semillas en CORENADR.

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Cempasúchil
Corenadr

El pasado 25 de julio en Tláhuac, la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) presentó el “Proyecto Estratégico para la Conservación del Cempaxúchitl”. Este proyecto tiene como objetivos eliminar la dependencia de la importación de semillas, proteger la agrobiodiversidad y demostrar que México es el centro de origen de esta planta. Esto ultimo podría ser clave para que México recupere los derechos sobre la semilla de Cempasúchil, de la cual actualmente existen 131 variedades con derecho de obtentor, registradas y protegidas actualmente en 13 países.

Las fuertes lluvias que cayeron sobre la zona arqueológica de Teotihuacán en 2002 revelaron un túnel a 14 metros de profundidad. En este lugar, el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, entonces encargado de la conservación del Templo de Quetzalcóatl, descubrió, entre otros objetos, un banco de 15 mil semillas de tuna, jitomate, frijol y un ramo de Cempasúchil.

Los restos de este ramo del “Día de Muertos” son actualmente objeto de varios estudios como parte del “Proyecto Estratégico para la Conservación del Cempaxúchitl”. Una iniciativa apoyada por la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) e impulsada por floricultores locales de Xochimilco, entre los que destaca la química Martha Alicia Martínez, en conjunto con un grupo multidisciplinario que involucra al INAH, UNAM-Iztacala, COLPOS, UACH, IPN y TEC Monterrey.Este proyecto tiene como objetivos eliminar la dependencia de la importación de semillas, proteger la biodiversidad y demostrar que México es el centro de origen de esta planta.

En el evento de inauguración, la directora general de la CORENADR, Ing. Columba López, señaló: “Este proyecto refleja el compromiso de este gobierno con la biodiversidad y la agrobiodiversidad. Es el rescate y la preservación de las semillas que nos heredaron los pueblos prehispánicos. Nuestra postura es defender nuestras semillas nativas, y estamos seguros de que el apoyo a estos proyectos continuará con nuestra próxima Jefa de Gobierno, Clara Brugada.”

Por su parte, el biólogo Luis Páez, activista y vocero del proyecto, explicó que uno de los principales intereses como productores es romper con la enorme paradoja de que la mayor parte de la flor de Cempasúchil que se siembra en la Ciudad de México proviene de semillas híbridas importadas. Aunque no existen transgénicos, sí existe una dependencia que se debe romper en el marco del proyecto de nación que busca la soberanía alimentaria de nuestro país. “Necesitamos extraer el ADN de esta flor para confirmar que es una planta de México”, explicó Páez.

El Proyecto Estratégico para la Conservación del Cempasúchil contempla parcelas demostrativas para la producción masiva de semillas en CORENADR.

El objetivo de estas parcelas es identificar las especies, caracterizarlas morfológicamente y obtener más germoplasma para incrementar la producción de semillas y preservar esta especie nativa del Valle de México”, señaló Miguel Delgado, responsable de las parcelas.

Además, el proyecto incluye la reconstrucción del genoma completo del Cempasúchil a partir de restos de ramos encontrados en los túneles subterráneos de las pirámides de Teotihuacán, así como la secuenciación de las distintas variedades silvestres que existen en el país para determinar su origen, morfología y características. Demostrar que México es el centro de origen de esta planta puede tener implicaciones significativas en términos de derechos de patente y retribución para México sobre las 131 variedades con derecho de obtentor, registradas y protegidas actualmente en trece países: Australia, Alemania, China, Estados Unidos, Japón, Kenia, Israel, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Perú, Unión Europea y Sudáfrica

Según el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios, el país de origen tiene derecho a negociar acuerdos de acceso y participación en los beneficios derivados de la utilización de sus recursos genéticos. Esto puede incluir compensaciones financieras y no financieras. El reconocimiento de una planta como nativa o endémica puede fortalecer las políticas de conservación y uso sostenible de la biodiversidad del país, promoviendo la protección de su patrimonio natural.

El Protocolo de Nagoya es un acuerdo internacional complementario al Convenio sobre la Diversidad Biológica, adoptado el 29 de octubre de 2010 en Nagoya, Japón. Su objetivo principal es garantizar la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos, promoviendo el acceso adecuado y evitando la biopiratería. México ratificó el Protocolo el 16 de mayo de 2012, y este entró en vigor el 12 de octubre de 2014.

Luis Páez señaló que es muy importante conocer las morfologías y tipos de flor para que los productores puedan generar sus propios híbridos que respondan a las necesidades de los distintos mercados. En el caso de la producción ornamental, el objetivo es generar flores más frondosas, coloridas y bellas para el uso ceremonial y tradicional del Día de Muertos. “Nuestra apuesta es por el rescate de nuestras semillas y las vamos a defender”, añadió Páez.

Cabe señalar que desde 2019 la producción de esta flor en la Ciudad de México ha tenido un incremento significativo. Mientras que en 2018 se reportaba una producción de apenas 600 mil macetas para la temporada de Día de Muertos, actualmente, tras 5 años del programa Altepetl Bienestar, una estrategia de la hoy presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo para impulsar el campo con apoyos directos e infraestructura en la capital, se producen 5 millones de plantas anuales.

Sobre la conservación de semillas, este mismo año la CORENADR inauguró la Casa de Semillas Toxinachcal, un proyecto vivo, articulado con los pueblos y núcleos agrarios de la ciudad a través de una red de más de 200 Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC) creadas en esta administración, con la participación de aproximadamente 9,400 productores rurales. Cada CAC cuenta con cuatro figuras clave: el Doctor de Suelos, el Doctor de Cultivo, el Guardián de Semillas y el Promotor Agroecológico; este último actúa como enlace entre la célula campesina y un equipo multidisciplinario de técnicos sociales, productivos y expertos en restauración agroecológica, brindando apoyo y asesoramiento a cada CAC.

Temas relacionados: Flora Conservación Agrobiodiversidad
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