Para que las próximas generaciones puedan disfrutar de una gran variedad de alimentos sanos y nutritivos, es clave impulsar la conservación de la agrobiodiversidad mexicana.
El pasado 31 de julio cerró exitosamente el proyecto que durante los últimos cinco años construyó y fortaleció mecanismos para contribuir a la conservación de la diversidad de plantas con las que nos alimentamos y de los agroecosistemas tradicionales de México, al tiempo que fomentó la valoración del trabajo que realizan las familias campesinas de este país: el Proyecto Agrobiodiversidad Mexicana.
Este Proyecto fue ejecutado del año 2018 a 2023 por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), operó con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y fue implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Los ejes de trabajo fueron: información y conocimiento; fortalecimiento de capacidades; políticas públicas; y valoración de la agrobiodiversidad y vínculos con el mercado; además, tuvo como eje transversal la comunicación.
Uno de los aportes más destacados de este Proyecto es la creación del Sistema de Información sobre Agrobiodiversidad (SIAgroBD), una herramienta para conocer y valorar este patrimonio natural y cultural de México. Esta plataforma pone a disposición de la ciudadanía materiales de comunicación, bases de datos y visualizaciones interactivas sobre nuestra agrobiodiversidad.
La información del SIAgroBD puede ser utilizada por cualquier persona en cualquier momento y lugar. Esta plataforma seguirá alimentándose con la colaboración de más instituciones y personas. La aspiración es que se convierta en un referente para México y el mundo en el manejo de datos de agrobiodiversidad, retorno de conocimientos, transparencia respecto al acceso a la información, ética y ciencia abierta.
Con el objetivo de promover la valoración de la agrobiodiversidad y vínculos a mercado, se generó el distintivo Saberes y Sabores Amigables con la Biodiversidad, un reconocimiento a las familias campesinas que de generación en generación han cultivado semillas nativas de México y alimentado la diversidad gastronómica y cultural de nuestra tierra. Hay más de 30 iniciativas de comercialización que cuentan con el distintivo y ofrecen productos y servicios relacionados con la agrobiodiversidad, a través de prácticas que cuidan el ambiente.
Otro de los importantes aportes del Proyecto Agrobiodiversidad Mexicana consistió en el fortalecimiento de capacidades locales de 7,313 campesinas y campesinos de Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Michoacán, Oaxaca y Yucatán, que fueron los estados donde operó. En este componente se llevaron a cabo 133 intercambios de conocimientos para la conservación de la agrobiodiversidad, 77 proyectos de conservación de semillas y 552 proyectos de mejoramiento de la milpa y otros sistemas agroforestales.
En el componente de Políticas Públicas, a través de la iniciativa de las Canastas Regionales del Bien Comer, se participó en el Grupo Intersecretarial de Salud, Medioambiente y Competitividad (GISAMAC), en preparación de la propuesta de la Estrategia Nacional de Alimentación y en la actualización de Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) y Plato del Bien Comer.
Además, hubo una estrecha colaboración con el Programa de Acompañamiento Técnico de la Secretaría de Agricultura del Gobierno Finalmente, como parte de las actividades de cierre de este Proyecto, el pasado 24 de julio se llevó a cabo la 5ª. Sesión del Comité Directivo del Proyecto Agrobiodiversidad Mexicana, que fue encabezada por el Secretario Ejecutivo de la Conabio, Daniel Quezada Daniel y por la representante de la FAO en México, Lina Pohl Alfaro, en donde se reconoció el trabajo de un equipo interdisciplinario encabezado por el Maestro Vicente Arriaga Martínez, así como el trabajo que superó las metas establecidas.
La sostenibilidad del Proyecto Agrobiodiversidad Mexicana está anclada en los socios locales y las familias campesinas, así como en las dependencias competentes y la Conabio.
Conservar la diversidad de plantas para la alimentación que hay en nuestro país, es decir, la agrobiodiversidad mexicana, así como las prácticas tradicionales de la agricultura mexicana, entre las que se encuentran: la milpa, el traspatio y los huertos, son fundamentales para asegurar el futuro de la alimentación en México.