México.- La UNAM, a través de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad León, trabaja para establecer una Reserva Ecológica en un terreno de 25 hectáreas, representativo del ecosistema de matorral xerófilo central mexicano, considerado a nivel mundial, en peligro de desaparecer.
En este terreno donado a la Universidad -a un costado de este campus- se busca realizar un trabajo de educación ambiental semejante al que se tiene en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, en Ciudad Universitaria, explicó la profesora e investigadora de la ENES León, Ilane Hernández Morales.
La maestra en Biotecnología Celular y Molecular expresó: “Queremos que 20 hectáreas sean Reserva Ecológica y en cinco hectáreas podamos implementar proyectos de educación ambiental, que haya áreas de esparcimiento, un jardín botánico y un jardín de polinizadores”.
Investigadores y académicos de la ENES León y de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala realizaron un primer diagnóstico de este espacio que era utilizado para la agricultura intensiva -como gran parte de El Bajío mexicano-, pero desde hace 10 años no se siembra. Allí encontraron que el ecosistema está medianamente conservado, así como el suelo, e identificaron 31 especies de aves, la mayoría migratorias. En un segundo diagnóstico se evaluará la cantidad de mamíferos pequeños.
“También se han hallado liebres, dos especies de serpientes, mamíferos pequeños y roedores de campo. Dentro de las aves rapaces que hemos evidenciado, hay, por ejemplo, halcones peregrinos. En esta zona de Guanajuato se han detectado águilas reales, lo que quiere decir que hay mamíferos y roedores que les están sirviendo para seguir reproduciéndose”, añadió.
Este espacio, señaló la experta universitaria, es ejemplo de la fragmentación que ha sufrido la zona por la urbanización y las actividades agrícolas, y se busca que al preservarlo las comunidades aledañas conozcan y valoren tener un ecosistema sano.
El matorral xerófilo central mexicano está compuesto de numerosos mezquites, arbustos y en época de sequía, aunque pareciera estar seco, está lleno de vida. “Así es la vegetación. No vamos a ver una selva, un bosque, es un matorral”, insistió Hernández Morales.
Respecto al jardín de polinizadores, pormenorizó que se cuenta con uno en la ENES León, lo que les ha permitido descubrir, por ejemplo, que se trata de una zona de paso de la Mariposa Monarca, por la localización de sus orugas.
Asimismo, comentó que se mantienen pláticas con autoridades del municipio de León, Guanajuato, a fin de apoyar al establecimiento de la Reserva. El terreno destinado a este proyecto está totalmente abierto, por lo que en ocasiones le depositan basura, cascajo o le prenden fuego.
Ciencia ciudadana
Cuervos, halcones peregrinos, lechuzas y azulejos forman parte del ecosistema en el que se ubica la ENES León, por lo cual también es común ver estos ejemplares en el campus. Sin embargo, ha habido ocasiones en que a los halcones peregrinos se les caen sus crías o las lechuzas se meten a las conexiones de aire en los inmuebles o colisionan contra algunos edificios, relató Hernández Morales.
Ante esta situación se estableció un proyecto de ciencia ciudadana que evalúa, por ejemplo, las colisiones de las aves en los edificios de la Escuela. Alumnos, docentes y trabajadores ayudan a recolectar datos como la distancia a la que se encuentran las aves del inmueble más cercano, a partir de contar los pasos hacia este.
Con ello, se busca que las futuras construcciones observen especificaciones que ayuden a prevenir las colisiones de las aves. Asimismo, se procura obtener presupuesto para intervenir los edificios existentes y evitar más impactos.
La investigadora de la UNAM subrayó que ante el calentamiento global que experimentamos es importante que los universitarios y las poblaciones alrededor de la ENES León conozcan el ecosistema en el cual intervienen y los servicios que les brinda, a fin de valorarlo y preservarlo.