Este año se pidió a la Conferencia Mundial sobre la Vida Silvestre que considere reglamentos comerciales más estrictos sobre el comercio para cerca de 600 especies de animales y plantas respecto de las que se cree que pesa una creciente amenaza de extinción debido al comercio internacional.
En lo que se percibe como un barómetro del estado mundial de la vida silvestre, se recomiendan reglamentos comerciales menos restrictivos únicamente para 9 especies.
Las propuestas han sido presentadas por Partes en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para su examen en la 19ª reunión de la Conferencia de las Partes (COP19), que se celebrará en Panamá del 14 al 25 de noviembre.
Antes de cada COP, las Partes – o los países que han acordado acatar la CITES – presentan propuestas para examinar o cambiar los reglamentos que rigen el comercio internacional de determinadas especies, basándose en si creen que es preciso controlar el comercio para ‘evitar una utilización incompatible con su supervivencia’.
Se espera que todas las 184 Partes en la Convención enviarán representantes a la reunión de este año, que se percibe como todo o nada para algunas especies. Se han presentado propuestas para examinar los reglamentos sobre los rinocerontes, elefantes, palos de rosa y otras especies de madera, tiburones, orquídeas, tortugas y rodiola o raíz de oro. Se debatirán 52 propuestas para adoptar una decisión, con los países trabajando de consuno entre bastidores para centrarse en especies de interés común. Cuarenta y siete Partes han propuesto o están proponiendo conjuntamente esas propuestas.
La biodiversidad es uno de los principales indicadores de la salud del planeta y el hecho de que se estime que muchas especies corren mayor riesgo es una tendencia preocupante. La CITES tiene tres Apéndices, en los que se incluyen las especies según el grado de protección que necesitan en términos de reglamentación del comercio internacional. La inclusión en el Apéndice I significa que todo el comercio internacional de especímenes de especies concernidas está prohibido.
El comercio de especies incluidas en el Apéndice II está regulado mediante un sistema de permisos y se necesitan pruebas de que el comercio internacional es sostenible y no es perjudicial para la supervivencia de las especies en el medio silvestre. Las Partes pueden unilateralmente solicitar que se incluyan especies en el Apéndice III, cuando desean rastrear su comercio internacional y ser capaces de supervisar los efectos sobre las especies.
Cada una de las propuestas se examinará en la CoP en noviembre, y para aquellas que se acuerden, los cambios en la reglamentación del comercio internacional entrarán en vigor 90 días después.
Hay 184 Partes en la CITES (inclusive la Unión Europea) lo que significa que la Convención tiene una aceptación casi universal y autoridad sobre el comercio internacional de esas especies amenazadas que están incluidas en sus Apéndices. El objetivo general de la CITES es que el comercio de especies incluidas en los Apéndices de la CITES debería ser legal, trazable y sostenible.
El comercio de productos de vida silvestre es sumamente importante. Prácticamente no existe una esfera de nuestras vidas que no dependa de la naturaleza, razón por la cual el comercio internacional de fauna y flora silvestres debe ser sostenible.
Se espera que, a la reunión de Panamá, en noviembre, asistirán unos 4 mil oficiales gubernamentales, expertos, representantes de organizaciones comerciales, ONGs y organizaciones locales, nacionales e internacionales que trabajan en la conservación, la biodiversidad y el medio ambiente. Dedicarán dos semanas a considerar y debatir las cuestiones más acuciantes sobre el comercio y la conservación de la vida silvestre, y las Partes adoptarán decisiones al respecto.
La Secretaria General de la CITES, Ivonne Higuero, acoge con beneplácito el profundo interés de las Partes. “El comercio de productos de vida silvestre es sumamente importante. Prácticamente no existe una esfera de nuestras vidas que no dependa de la naturaleza, razón por la cual el comercio internacional de fauna y flora silvestres debe ser sostenible. Nuestra supervivencia depende de ello y las decisiones que adoptarán las Partes en noviembre contribuirán en pro de la conservación de las especies, la biodiversidad y la salud de nuestro planeta.”