Bogotá.- Al menos 21 personas fueron detenidas por las autoridades colombianas en una redada que tuvo lugar en varios lugares contra traficantes de animales exóticos dentro y fuera del país.
La red de traficantes ofrecía a los clientes, en su mayoría coleccionistas y dueños de establecimientos de comercio, iguanas, hurones, tortugas, serpientes, guacamayas, loros, erizos africanos, monos, venados, babillas y tigrillos, entre otros.
En las operaciones realizadas conjuntamente por la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional (Dipro) y la Armada fueron "recuperados más mil animales que iban a ser comercializados en Colombia y en el exterior", informó la Fiscalía en un comunicado.
Las detenciones se hicieron en Medellín (Antioquia), Magangué (Bolívar), Cali (Valle del Cauca), Piendamó (Cauca), Mosquera (Cundinamarca) y Bogotá.
La Fiscalía imputó a los detenidos delitos como aprovechamiento ilícito de recursos naturales, maltrato animal y concierto para delinquir.
De los 21 detenidos, 12 fueron enviados a la cárcel, entre ellos Alexis Alfonso Barrios, al que la Fiscalía acusa de ser el jefe de la red de traficantes de animales; otros 7 tendrán prisión domiciliaria, en tanto que 2 más quedaron en libertad, pero siguen vinculados a la investigación.
En marzo pasado, las autoridades colombianas capturaron en Bogotá a seis integrantes de una red que traficaba con especies de peces protegidas que eran enviados a coleccionistas y también a acuarios.
Los detenidos agrupaban los peces en Bogotá y los enviaban en encomiendas a Estados Unidos, China y Alemania, entre otros destinos.
Según las investigaciones, los delincuentes sacaban semanalmente entre mil y 2 mil peces de variedades catalogadas como en peligro de extinción o vulnerables.
Adicionalmente, en diciembre, la Policía del aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá se incautó de 232 tarántulas, un escorpión con siete crías, nueve huevos de araña y 67 cucarachas que iban con destino a Alemania en recipientes plásticos.
Los especímenes eran transportados en una maleta por dos ciudadanos alemanes que dijeron que era para "fines académicos" y de "investigación".