Santa Cruz (Bolivia).- Arañas, escarabajos, mariposas diurnas y nocturnas son algunas de las nuevas especies para la ciencia que llevan el nombre de la bióloga boliviana Julieta Ledezma en agradecimiento al aporte silencioso que realiza a la investigación, estudio y la colección de insectos en Bolivia.
La primera especie "bautizada" en su honor fue la "Metriopelma ledezmae", un arácnido que fue descubierto en el Chaco boliviano por biólogos franceses en 2001 y que en honor a la impulsora de esa investigación la llamaron de ese modo.
Ledezma contó que cuando vio una publicación de la especie con su apellido sintió mucho agradecimiento con los biólogos, pero que no estaba consciente del valor de esa acción hasta que otros de sus colegas le comentaron la importancia.
"Es un reconocimiento grande, me explicaron, y entendí el valor de que en todo el mundo puedan leer sobre esa especie que lleva mi nombre", recordó la entomóloga.
Si no hacemos investigación vamos a perder toda la materia prima para poder aplicar al conocimiento
El trabajo de Ledezma fue reconocido por otros expertos de Brasil, Canadá, Estados Unidos, República Checa, entre otros que llegaron a investigar insectos en Bolivia impulsados por Ledezma y que lograron descubrir nuevas especies para la ciencia.
Entre otros que llevan el nombre de Ledezma están ejemplares de escarabajos, mariposas diurnas y nocturnas y un insecto que se alimenta de savia.
La última especie que fue atribuida a su nombre es la coleóptera Cylindera julietae, un escarabajo que fue descubierto en 2018 pero que este año fue confirmada como nueva especie tras el hallazgo del biólogo boliviano Marcelo Amaya y otro de sus colegas de la República Checa, quienes en agradecimiento con la entomóloga por la ayuda en su investigación le hicieron el honor.
La entomóloga boliviana trabaja desde hace 30 años en el Museo de Historia Natural Noel Kempff en la oriental Santa Cruz y se ha vuelto la guardiana de la colección de insectos que ella junto a otros especialistas han ido impulsando contra viento y marea, con varias dificultades económicas y que con el tiempo se ha ido convirtiendo en un referente.
"El esfuerzo y el trabajo junto a cientos de auxiliares, tesistas e investigadores han hecho posible de tener una de las mejores colecciones científicas de insectos del país", destacó Ledezma.
Algunos de sus colegas destacan la pasión de Ledezma por su trabajo, el desprendimiento para conseguir permisos para hacer las investigaciones o los estudios de los insectos en otros países y su entrega al desarrollo de la colección de insectos.
La guardiana de los insectos
Ledezma encontró su pasión en los insectos en especial en las mariposas al trabajar como voluntaria en el Museo de Historia Natural Noel Kempff donde "despertó su pasión".
Antes de graduarse de Biología le encontraron un tumor en la glándula salival y se prometió a sí misma luchar para lograr licenciarse en retribución a los esfuerzos que sus padres habían hecho para sus estudios.
Ledezma logró graduarse y al día siguiente entró a una cirugía para que le extirparan el tumor.
Nada pudo detenerla, siguió el voluntariado en el museo y también realizó una maestría en tecnología del medioambiente en la Universidad Gabriel René Moreno de Santa Cruz.
Ella ha publicado en coautoría más de un decena de artículos científicos, ocho libros y un sitio web, además de continuar su trabajo para conseguir permisos para realizar investigaciones y contactarse con especialistas para que realicen estudios en Bolivia.
También es docente de la materia de Ecología en la Universidad Gabriel René Moreno y desde allí impulsa a las nuevas generaciones a realizar investigación.
"Si no hacemos investigación vamos a perder toda la materia prima para poder aplicar al conocimiento", acotó Ledezma.
Ella comenzó la iniciativa en esa universidad junto a sus estudiantes de plantar un árbol y que cada alumno se haga cargo durante toda su carrera universitaria del desarrollo del mismo.