México.- El consumo del acitrón, el crocante dulce mexicano de delicado sabor, textura y color, ha puesto en peligro de extinción a las biznagas Burra o Tonel Grande (Echinocactus platyacanthus) y Barril de Acitrón (Ferocactus histrix), de donde se extrae este alimento utilizado en diversos platillos como la tradicional rosca de reyes.
Sujetos a protección especial, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010, estos cactos globosos tardan de 14 a 40 años en crecer 40 cm, por las condiciones de estrés de su hábitat: sequía, aridez y pobreza de suelos.
Las biznagas se ubican en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Teotitlán, entre Puebla y Oaxaca; en el desierto de Chihuahua; en la región de Tolantongo y Meztitlán, en el Valle del Mezquital, Hidalgo, y en el estado de San Luis Potosí y otros sitios, donde algunas de ellas alcanzan un metro de altura, lograda a lo largo de 200 años.
Además, proporcionan múltiples servicios ambientales: retienen y filtran el agua de lluvia, frenan la erosión y ofrecen el néctar de sus flores a las abejas y otros insectos polinizadores.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) despliega operativos en las entidades federativas donde se distribuyen estas especies de biznaga, especialmente en las que está identificada su extracción y distribución.
En 2019, este organismo reportó el aseguramiento de 164 cactáceas y el decomiso de 45 ejemplares en los estados de Durango, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí, Puebla, Hidalgo, Campeche y la Ciudad de México.
A nosotros, consumidores conscientes, nos corresponde contribuir a su conservación, rechazando su utilización en nuestra cocina y, en principio, evitando adquirirlo.