Madrid.- La responsable del Programa de Especies del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) de España, Gema Rodríguez, advirtió que los líderes mundiales deben apoyar la clausura de mercados ilegales y no regulados de fauna silvestre de alto riesgo, pues “no solo impactan en la biodiversidad, sino que constituyen una amenaza para la salud humana”.
Este cierre, indicó, “debe ir acompañado de inversión en sensibilización de la sociedad para reducir la demanda de estos productos”, así como de “un gran respaldo institucional y financiero en la lucha contra el tráfico de vida silvestre en todo el mundo”.
Rodríguez explicó que la captura y transporte de miles de ejemplares y su posterior venta en mercados locales para el consumo humano “ofrece múltiples oportunidades para que las personas entren en contacto directo con animales silvestres o con sus partes”.
Existe una clara relación entre esta y otras crisis sanitarias y el tráfico de especies
Todo ello, precisó, con el riesgo de exposición al contacto con algún virus u otros patógenos de los que esos animales pueden ser huéspedes o vectores, tal como se sospecha ha sucedido con la pandemia por COVID-19.
“Existe una clara relación entre esta y otras crisis sanitarias y el tráfico de especies”, expresó la dirigente.
Cuando la naturaleza se altera o destruye, se debilitan los ecosistemas naturales y se facilita la propagación de patógenos
Por ello, señaló que tras la emergencia sanitaria “será necesario replantearse la prevención y lucha contra futuras pandemias”, para lo cual consideró fundamental entender los procesos que pueden originar esta y otras epidemias globales que nos han afectado en los últimos años, “asumiendo el vínculo entre la salud de las personas, los animales y los ecosistemas”.
La activista recordó que diversos estudios científicos han demostrado que “cuando la naturaleza se altera o destruye, se debilitan los ecosistemas naturales y se facilita la propagación de patógenos”.
Una de las mayores alteraciones en la naturaleza, lamentó, es la pérdida de especies y de sus poblaciones que la WWF ha denunciado en repetidas ocasiones a través del Informe Planeta Vivo, documento que ha certificado la disminución del 60 por ciento en promedio de las poblaciones de vertebrados en los últimos 40 años.
Rodríguez subrayó que entre las principales causas de pérdida de especies se encuentra el tráfico ilegal, que es uno de los mayores negocios ilegales en todo el mundo y mueve entre ocho mil y 20 millones de euros al año.
Además, reiteró que esta práctica “está llevando al borde de la extinción a cientos de especies de animales y plantas”.
Por último, la responsable de la WWF advirtió que la COVID-19 “es una crisis mundial y solo una respuesta global podrá ayudar a prevenir futuras nuevas pandemias”.
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