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El diario local The Namibian Sun informó que el ministro de Medio Ambiente de Namibia, Pohamba Shifeta, advirtió que si la convención no va a "ayudar realmente a conservar" la fauna, sino que va a frustrar "a aquellos que lo están haciendo bien", no hay "necesidad" de permanecer en CITES.
Shifeta realizó estas declaraciones desde Ginebra, en coincidencia con la clausura de la cumbre número 18 de CITES, que reunió en Suiza a expertos enviados por las 183 partes firmantes de la convención (182 Estados y la Unión Europea).
En los días precedentes, la conferencia había rechazado por mayoría la solicitud de Esuatini (antes Suazilandia) y Namibia para que se autorice el comercio de sus rinocerontes blancos y de sus cuernos, que alcanzan precios astronómicos en el mercado ilegal asiático, donde se les atribuyen propiedades medicinales.
El sur de África alberga las mayores colonias de rinocerontes del mundo -con Sudáfrica a la cabeza (con 20 mil ejemplares entre blancos y negros) seguida de Namibia (unos 1.000 animales)-, pese a que se trata de una especie gravemente amenazada por la caza furtiva.
"Hay algunos que piensan que la población de Nambia es todavía pequeña y (les) contestamos que es la segunda más grande del mundo", recalcó el ministro namibio, que señaló también que van a impulsar una reunión de la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC) para evaluar la retirada de CITES.
De hecho, el presidente de Tanzania -que ostenta el liderazgo temporal de SADC-, John Magufuli, habló en Ginebra en nombre de este grupo de 16 naciones africanas y argumentó que se están descartando modelos de conservación que funcionan en favor de sistemas "proteccionistas", "anticomercio" y "anti-uso", de carácter ideológico.
"El consenso expresado a través de CITES por la mayoría de los Estados socava los esfuerzos de nuestra región por asegurar la justicia social y medioambiental mediante el uso sostenible de nuestros recursos naturales", incidió Magufuli, según The Namibian Sun.
"Haciendo eso, compromete nuestra capacidad de cumplir nuestras obligaciones y responsabilidades con otros acuerdos internacionales y con nuestros pueblos", agregó
En los últimos días, otros países, como Zimbabue, advirtieron también sobre la opción de abandonar CITES, en ese caso a raíz de la negativa a una propuesta para flexibilizar las restricciones sobre el comercio de productos de elefante (especie catalogada como vulnerable), impulsada también por otras naciones vecinas.
En concreto, Zimbabue, que atraviesa una profunda crisis económica, quiere poder comercializar sus existencias de marfil valoradas en 600 millones de dólares.
"Es un montón de dinero que podríamos usar para grandes proyectos. Se debate sobre nuestros animales salvajes en Ginebra, un lugar irrelevante para los animales", dijo el lunes en un acto público el presidente zimbabuense, Emmerson Mnangagwa.
Botsuana, el país con más elefantes del mundo, también lleva meses expresando su incomodidad con estas restricciones que le impiden aprovechar su fauna mientras se le exige afrontar los grandes costes de seguridad que supone su protección.
CITES, sin embargo, se mostró rotunda respecto al mantenimiento de las restricciones, ya que considera que cualquier flexibilización comercial contribuirá al aumento de la caza furtiva como ya ocurrió en el pasado, lo que abocaría a estas especies a la extinción.