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Los Ángeles.- Una reciente investigación de la Universidad de California Riverside (UCR) realizada en el Parque Nacional Joshua Tree, en las montañas de San Bernardino, al este de Los Ángeles, encontró que sin una reducción drástica de las emisiones de carbono el parque retendría tan solo el 0.02 por ciento del hábitat de los árboles de Joshua para el año 2070.
La preocupación por entender los problemas que enfrenta esta especie frente al cambio climático llevó a los científicos de UCR ha convocar a expertos y decenas de voluntarios para recopilar datos sobre más de 4 mil árboles, tal como explicó Jules L. Bernstein, vocera de la institución.
Los investigadores proyectaron varios escenarios futuros para la especie, según la escala de esfuerzos por combatir el cambio climático.
EL primero y el más ambicioso observa que si se logran reducir las emisiones de carbono en una gran proporción se conservaría tan solo el 19 por ciento del hábitat que necesita este árbol para vivir. Las estimaciones más desalentadoras notaron que si no se hace nada para reducir el carbono en la atmósfera el emblemático árbol desaparecería para finales de siglo.
La ecologista y directora del proyecto Lynn Sweet subraya en un informe que "el destino de estos particulares y sorprendentes árboles está en las manos de la comunidad".
"Sus números disminuirán, pero cuánto depende de nosotros", agregó la investigadora sobre los árboles de Joshua, ubicables en California, Arizona, Utah y Nevada.
De acuerdo a los expertos, uno de los mayores problemas que afrontan son las severas sequías que se registran en estás áreas, donde la última de ellas se extendió por 376 semanas.
El estudio encontró que en las zonas más cálidas y secas los árboles adultos no producen tantas plantas jóvenes, y las plantas que llegan a nacer no sobreviven porque no son capaces de mantener las reservas de agua que los ayude a enfrentar periodos extensos de sequía.
A pesar que estos árboles en su edad madura tienen la capacidad de acumular grandes cantidades de agua, los períodos muy largos sin la posibilidad de acceder al líquido han obligado a esta especie a migrar a sectores más elevados con un clima más frío y más humedad en el suelo.
Las severas sequías no son el único problema que enfrentan los árboles de Joshua, y es que el cambio climático está afectando también a las polillas de yuca, un insecto del que dependen para poder reproducirse.
Un estudio de la Universidad de California Santa Cruz de 2018 encontró que las polillas de yuca no sobreviven en los terrenos más elevados donde el árbol de Joshua está migrando.
La relación de estas dos especies va más allá de la polinización del árbol a la que ayuda la polilla de yuca. Estos insectos también necesitan a la planta ya que ponen sus huevos dentro de la flor del árbol, que además sirve de alimento a las larvas.
"Al proteger los árboles, están protegiendo a una gran cantidad de otros insectos y animales nativos que también dependen de ellos", resalta Sweet.
Otro enemigo de estas dos especies son los incendios, menos del 10 por ciento de los árboles de Joshua sobreviven a los incendios forestales, que se han incrementado en California en los últimos años.
"Los próximos 50 años son muy importantes para los árboles de Joshua. Lo que el mundo decida hacer sobre el carbono en la atmósfera determinará el destino de los árboles; cuantos podrán sobrevivir", insistió Bernstein.
Según el Servicio Nacional de Parques, el árbol fue bautizado como Joshua a mediados del siglo XIX, cuando pioneros mormones lo nombraron en honor a la figura bíblica de Josué al ver las ramas del árbol extendidas en súplica, guiando a los viajeros hacia el oeste, desde entonces la imagen del árbol se ha vuelto parte de la cultura popular de California.