El ecólogo aseguró en entrevista con Notimex que la crisis de la polinización no es nueva y actualmente tiene un auge por la pérdida de poblaciones de la abeja Apis Mellifera, pero es consecuencia de una problemática más grande que empezó a ser reconocida a partir de los años ochenta.
De hecho, en esa década surgió el término biodiversidad, luego de un Simposio de la Academia de Ciencias de Estados Unidos sobre preservación de especies silvestres, y aproximadamente 10 años después se reconoce que vivimos en una crisis de diversidad biológica, debido a una pérdida acelerada de seres vivos.
Explicó que la transformación de los paisajes en el país hace que se pierdan muchos tipos de coberturas o zonas de vegetación nativa y, tal vez, ya se perdieron especies que los científicos no alcanzaron a conocer “porque desapareció el hábitat más rápido de lo que los biólogos alcanzamos a describir”.
Esto no solamente pasa con abejas, abundó, sino con toda la fauna y la vegetación, aunque reconoció que en plantas ocurre en mayor proporción, y precisó que a ciencia cierta se desconoce la gran cantidad de especies que existen, pero que lo importante es que todo el tiempo se describen nuevas.
“No te podría decir la tasa de pérdida de especies nativas de abejas porque tampoco sabemos cuántas tenemos en muchas partes de la República Mexicana”, indicó.
El biólogo asignado al Instituto de Ecología (Inecol) Centro Regional del Bajío, dijo que el calentamiento global es un fenómeno de escala planetaria asociado a variables como incremento y disminución de temperatura, y que el actual desorden es consecuencia de un proceso de acumulación de todo lo que ha pasado en los últimos 100 o 150 años.
Refirió que algunos investigadores dicen que a partir de la Revolución Industrial, hace ya más de 200 años, se empezó a afectar el clima a consecuencia de las acciones de los seres humanos. “Lo que vemos ahora es la consecuencia de un proceso histórico que lleva muchos años”, puntualizó.
Cabe aclarar que el calentamiento global guarda relación con la temperatura de la superficie de la Tierra, mientras que el cambio climático incluye el calentamiento y sus efectos secundarios.
“Lo importante es reconocer que lo que estamos viviendo con el cambio climático, es una realidad en la que tenemos el desfase de nuestras estaciones, lluvias más intensas, inviernos más fríos, entre otros”, destacó.
Ante esto, expresó que lo que la sociedad debe entender es cómo se puede menguar o mitigar el impacto de estas cosas que operan a escala planetaria; entonces si a nivel planetario hay un desorden de los ciclos climáticos, a escala local se pueden hacer cosas en nuestros jardines o huertas, dijo.
México tiene sus propias abejas mieleras que son las meliponas, las que no tienen aguijón; pero el resto de las especies de este insecto son las “solitarias” que no viven en grandes colmenas como la Apis Mellifera, no hay reinas, zánganos; son individuos, y la dinámica poblacional de estos insectos tampoco se conoce.
“Yo me atrevería a decir que sí hay una tasa de riesgo bastante alta de pérdida de especies porque las abejas dentro de toda su variedad cumplen diferentes funciones, como ayudar al ciclaje de la energía en los ecosistemas; sin embargo, el panorama por ahora lo estamos estudiando”, indicó.
Cultid Medina comentó que es común que entre los investigadores y académicos se compartan la información, “pero hemos notado en dos años que hemos estado aquí en Pátzcuaro en el Inecol, que en Michoacán mucha gente tiene información parcial o la desconoce”.
Llamó a la sociedad a informarse, a través de canales apropiados, sobre cómo se producen los cultivos y cómo los productos llegan a la mesa, porque hay un componente humano que siembra, cultiva y cosecha, pero hay un animal que presta un servicio gratuito y la crisis de la polinización se verá reflejada en los precios del consumidor.
Una buena fuente de información para conocer sobre este proceso es la exposición temporal “Vínculos Invisibles Polinizadores y Biodiversidad”, que alberga el museo de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universum.
La muestra, que estará disponible hasta el próximo 14 de septiembre, presenta los fundamentos biológicos y evolutivos de los polinizadores, su relación con el mantenimiento de la biodiversidad y la importancia para la alimentación, enfatizando el caso específico de las abejas.
El investigador del Conacyt destacó que México es un punto de referencia para la investigación en Latinoamérica con sus universidades y centros de investigación como el Inecol; sin embargo, todavía queda mucho por hacer en términos de la polinización.