Lima.- Alrededor de mil personas protestaron este domingo en los exteriores de la refinería de La Pampilla, operada por la empresa española Repsol, contra el derrame de crudo que se ha extendido por el mar y las playas en la costa central de Perú.
Los manifestantes de diversos colectivos civiles y organizaciones ambientalistas marcharon por las calles del distrito de Ventanilla, en la provincia del Callao, vecina a Lima, hasta llegar a la refinería, donde ondearon una extensa bandera del Perú.
"¡Repsol escucha, el pueblo te repudia!" y "¡Repsol escucha, fuera del país!" fueron algunas de las arengas que gritaban los asistentes.
De acuerdo a la última medición realizada por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), la extensión del área afectada en la playa y litoral es de 180 hectáreas, y en el mar de 713 hectáreas.
Inicialmente, Repsol minimizó el derrame de crudo ocurrido cuando un buque descargaba petróleo en la refinería, al estimar que se trató de unos siete galones, y lo ha atribuido a un oleaje anómalo, a raíz de la erupción volcánica en Tonga, sucedida el pasado 15.
Sin embargo, las pesquisas posteriores de varias entidades oficiales, incluido el OEFA, confirmaron que el derrame fue mucho mayor y exigieron a la empresa un plan de limpieza urgente para revertir la contaminación ambiental.
Exigen revisar contratos
Una de las representantes del colectivo "Ciudadanos Recuperando Ventanilla" presentes en la marcha, Sandra Alfaro, se quejó de que la refinería de La Pampilla "nos engañó diciendo que eran siete galones, luego fueron más de 6 mil (galones) que han contaminado todo nuestro litoral".
"Esto es un castigo para Ventanilla de parte de esta transnacional española, que quiere abusar de nuestro distrito", declaró Alfaro.
Según la activista, este suceso se puede convertir en "un as bajo la manga porque tenemos que rescindir estos contratos porque no tienen un plan de contingencia y, si lo tuvieron, no lo aplicaron".
A su vez, el representante del Frente de Defensa de Lucha por los Humedales de Ventanilla, Eduardo Advíncula, dijo que estaban presentes en la marcha para "hacerle recordar a estos señores empresarios que tienen que asumir su responsabilidad, (porque) ya la Marina de Guerra y el Osinergmin (Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería) desmintieron la tesis de que ha sido por oleaje anómalo".
Advíncula remarcó que "los gobernantes tienen que ser duros, esto es el ecocidio más grande de la historia del Perú, que ha trascendido en el mundo".
"Creo que La Pampilla tiene que reconocer que se equivocó y decir que vamos a resarcir e invertir en recuperar esto, que se ha perdido producto de un accidente", añadió.
Consecuencias en pescadores y turismo
En la manifestación también hubo grupo políticos como el movimiento izquierdista Nuevo Perú, de la excandidata presidencial Verónika Mendoza, para manifestar al Gobierno de Pedro Castillo su rechazo al modelo económico neoliberal.
"Estamos acá por las consecuencias de 30 años de neoliberalismo cuya lógica es la acumulación de ganancias por encima del medio ambiente, por encima de respetar los derechos de las personas, de los trabajadores, sobre todo ahora con este derrame que ha ocasionado un impacto brutal en la fauna y en los pescadores", dijo el dirigente de Nuevo Perú, Jorge Escalante.
"Se está exigiendo una indemnización para los sectores aledaños y también creo que es necesario exigir una revisión de los contratos para evitar este tipo de situaciones nuevamente", añadió el militante izquierdista.
El ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, estimó que las pérdidas para el turismo en esos balnearios serán de 200 millones de soles (52 millones de dólares), mientras que el titular del Ambiente, Rubén Ramírez, aseguró que "se está fiscalizando, observando el cumplimiento de cada medida que se ha dado" en la mitigación del vertido.
Ramírez dijo al canal TVPerú que la empresa Repsol ya ha sido denunciada ante la fiscalía y que "si es posible, recurriremos a un tribunal internacional".