España.- El estudio tomó como referencia grabaciones de ballenas jorobadas procedentes de Alaska, Atlántico Norte, Caribe, Hawái, Océano Indico, Pacífico Norte y Pacífico Sur para analizar este cetáceo que cuenta con unos 15.000 ejemplares en todo el mundo, según informo la Universidad de Extremadura (oeste de España) en un comunicado.
El profesor de este centro Daniel Patón declaró que el número de formantes depende de la estructura anatómica de cada especie, de tal forma que mientras el ser humano tiene cuatro o cinco, el ciervo tiene siete y un ruiseñor podría tener entre 10 o 12 formantes.
Además, los sonidos analizados equivalen a la huella dactilar acústica que permite establecer diferencias poblacionales y observar la evolución del animal.
Otra de las conclusiones de la investigación es que las poblaciones más recientes de esta especie, que es principalmente piscívora, se encuentran en la costa este del Pacífico, que en Hawai concurren poblaciones de diferentes orígenes durante la reproducción y que en Alaska solo aparecen invernantes.
Mientras que las ballenas jorobadas más antiguas son las del Golfo de Omán, en el Índico, las únicas que no migran.
Para la investigación se construyó una base de datos de los formantes obtenidos a partir de las escuchas de estos audios.
Posteriormente, estos sonidos fueron contrastados a través de 16 distancias matemáticas seleccionadas.
Entre ellas, se utilizaron las más apropiadas para medir el índice de parentesco mediante análisis multivariantes, precisó el investigador español.
De este modo, a través de las pruebas acústicas se pudieron extraer las costumbres de migración de la especie, su agrupamiento y cortejo, así como qué poblaciones son más arcaicas.