En los últimos 50 años, los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua han sido reconocidos como la causa de más de 11,000 desastres que han provocado 2 millones de víctimas mortales y han ocasionado pérdidas económicas valoradas en 3.6 billones de dólares
La dimensión del problema global la dio a conocer la Organización Mundial Meteorológica en el Informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2020: por una transición de las alertas tempranas a las acciones tempranas, documento que precisa:
“Si bien la cifra de muertes promedio notificadas a raíz de cada desastre se ha reducido en un tercio durante ese período, la cantidad de desastres registrados se ha quintuplicado y las pérdidas económicas se han multiplicado por siete”.
En el Día Meteorológico Mundial, hoy 23 de marzo, es oportuno tener presentes estas cifras porque los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos han aumentado en frecuencia, intensidad y gravedad a causa del cambio climático y afectan de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables, pese a lo cual “una de cada tres personas todavía no está adecuadamente cubierta por sistemas de alerta temprana”, se afirma en el mismo texto.
De ahí que este año la Organización Meteorológica Mundial (OMM) haya adoptado el tema conmemorativo: "Alerta temprana y acción temprana", para poner en relieve que la información hidrometeorológica y climática es fundamental para reducir los riesgos de desastres, pues hoy más que nunca estamos más expuestos a diversos peligros derivados de los fenómenos hidrometeorológicos, que se agravan a consecuencia del crecimiento demográfico, la urbanización y la degradación del medio ambiente.
El organismo mundial considera “fundamental una mayor coordinación entre los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales, las autoridades de gestión de desastres y los organismos de desarrollo para mejorar la prevención, la preparación y la respuesta”, pero reconoce que la pandemia de COVID-19 agravó los retos a que se enfrenta la sociedad y debilitó los mecanismos para hacerles frente”.
La situación sanitaria, agrega la OMM, también ha puesto de manifiesto que “en nuestro mundo interconectado debemos adoptar un enfoque verdaderamente multirriesgos y transfronterizo para avanzar en el cumplimiento de los objetivos mundiales de acción climática, reducción del riesgo de desastres y desarrollo sostenible”.
Exhorta a estar preparados y ser capaces de actuar en el momento oportuno y en el lugar adecuado, pues solo así se pueden salvar muchas vidas y proteger los medios de subsistencia de las comunidades de todo el mundo, ahora y en el futuro.
Todo lo anterior cobra la mayor importancia para México, porque el territorio nacional es altamente susceptible a la acción de los ciclones tropicales tanto en los litorales del Pacífico y Golfo de México, como del Mar Caribe, por más de medio año --del 15 de mayo al 30 de noviembre--, y mantiene en jaque a grandes conglomerados poblacionales expuestos a los diversos peligros asociados a estos fenómenos.
Grandes desastres ocurridos a lo largo de muchos años a consecuencia de fenómenos hidrometeorológicos causaron en el país graves afectaciones, como los sucedidos en los estados de Puebla, Veracruz, Hidalgo y Tabasco en 1999, e hicieron reflexionar en la necesidad de mejorar la coordinación de acciones para prevenir y mitigar grandes catástrofes, lo que llevó a crear el Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT).
En el año 2000 se constituyó el SIAT-CT como una herramienta de coordinación en el alertamiento a la población y en la acción institucional, ante la amenaza ciclónica que se sustenta en la interacción de los principales actores del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc): la sociedad civil y sus organizaciones; las instituciones de investigación del fenómeno hidrometeorológico e inclusive quienes estudian sus efectos sociales; los medios de comunicación masiva y la estructura gubernamental del Sinaproc.
El SIAT-CT se sustenta en la socialización de la información, es decir, en avisos mediante los cuales la población es alertada en tiempo y forma de los riesgos a los que se encuentra expuesta por la presencia de un agente perturbador y de los mecanismos de respuesta que para su protección, coordinadamente deberá ejecutar conjuntamente con los demás actores del SIAT-CT.
Está estructurado de tal forma que el alertamiento oportuno y formal detona actividades sistematizadas para cada unos de los diferentes integrantes del Sistema, dependiendo de la intensidad, trayectoria y distancia a la que se encuentre el ciclón tropical.
En un principio el Sistema consideraba 4 etapas (Aviso, Alerta, Emergencia y Alarma): la intensidad del ciclón según la escala de Saffir-Simpson, la distancia de la parte externa de las bandas nubosas del ciclón al territorio nacional y el tiempo estimado de impacto.
Hoy día considera 5 etapas: Alerta Azul: Peligro mínimo-acercamiento-aviso; Alerta Verde: peligro bajo-acercamiento-protección; Alerta Amarilla: peligro moderado-acercamiento prevención; Alerta Naranja: peligro alto-acercamiento-alarma, y Alerta Roja: peligro máximo, acercamiento, afectación.
Considera como punto de referencia del ciclón respecto de un área específica la línea de vientos de 34 nudos (63 km/h) en lugar de la pared externa de las bandas nubosas, y utiliza dos escalas de intensidad: la escala Saffir-Simpson y la Escala de Circulación, para determinar con mayor precisión la peligrosidad del ciclón.
Las tareas más importantes del SIAT-.CT son el oportuno alertamiento y la coordinación interinstitucional, y se apoya además en dos tablas, una para el acercamiento del ciclón y otra para el alejamiento, con el objetivo de ser un mecanismo de alertamiento y coordinación que de manera consensuada genere una respuesta organizada del Sinaproc a la amenaza que constituye un ciclón tropical, mitigando los efectos de este agente perturbador.
Cabe destacar la importancia de los boletines de alertamiento a la población, para lo cual SIAT-CT insta a las dependencias y oficinas gubernamentales, así como las instituciones, organizaciones y organismos privados o sociales integrantes del Sinaproc y el propio SIAT a proporcionar a la Dirección General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, así como mantener al día, los contactos y medios de comunicación para la notificación y envío de los “Boletines de Alertamiento de Protección Civil”, a más tardar el 6 de mayo de cada año, o dentro de los 2 días siguientes a la ocurrencia de algún cambio, si este sucede dentro de la temporada de ciclones tropicales.