Naciones Unidas.- En menos de cinco años, los sistemas de alerta temprana deberían proteger a todos los habitantes de la Tierra frente al cambio climático y frente a un tiempo cada vez más extremo, según un nuevo y ambicioso objetivo anunciado por las Naciones Unidas.
El Secretario General de la Organización, António Guterres, ha encargado a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que lidere esta iniciativa y que en la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima —que tendrá lugar en Egipto el próximo mes de noviembre— presente un plan de acción para dar cumplimiento a ese objetivo.
Este anuncio se realizó el Día Meteorológico Mundial, cuyo lema de este año es "Alerta temprana y acción temprana".
"La alteración del clima causada por las actividades humanas afecta gravemente a todas las regiones. En el informe más reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se expone con detalle el sufrimiento que ya está produciendo. Si aumenta el calentamiento global, también lo hará la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos", dijo Guterres.
"Debemos invertir por igual en adaptación y en resiliencia. Ello incluye la información que nos permite prever las tormentas, las olas de calor, las crecidas y las sequías", señaló el Secretario General de las Naciones Unidas.
Sin embargo, un tercio de la población mundial, principalmente en los países menos adelantados (PMA) y en los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), aún no cuenta con la protección que brindan los sistemas de alerta temprana. En África, la situación es aún peor, dado que el 60 % de las personas carecen de toda cobertura.
"Es inaceptable, sobre todo si se tiene en cuenta que los efectos del clima se van a agravar aún más", afirmó Guterres.
"Las alertas tempranas y la acción temprana salvan vidas. Por ello, hoy anuncio que las Naciones Unidas encabezarán una nueva iniciativa para velar por que cada persona de la Tierra esté protegida por sistemas de alerta temprana en un plazo de cinco años. He pedido a la OMM que lidere esta empresa y presente un plan de acción en la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, que se celebrará a finales de año en Egipto", explicó Guterres en un mensaje en video difundido durante la ceremonia del Día Meteorológico Mundial.
"Debemos potenciar la capacidad de predicción en beneficio de todos y debemos lograr que todo el mundo pueda adoptar medidas. En este Día Meteorológico Mundial, reconozcamos el valor de las alertas tempranas y de la acción temprana como mecanismos fundamentales para reducir el riesgo de desastres y sustentar la adaptación al clima".
El tiempo más extremo que se observa en todas las partes del mundo es una prueba muy patente del cambio climático. Las olas de calor, las sequías y los incendios forestales son más intensos. Hay más vapor de agua en la atmósfera, y ello provoca lluvias extremas e inundaciones mortales. El calentamiento del océano alimenta tormentas tropicales más potentes y el aumento del nivel del mar multiplica sus consecuencias.
En los últimos 50 años (1970-2019) se ha producido, de media, casi un desastre diario de naturaleza meteorológica, climática o hidrológica, que se ha cobrado la vida de unas 115 personas y ha provocado pérdidas diarias valoradas en cerca de 202 millones de dólares de los Estados Unidos, según un informe de la OMM de 2021 en el que se recogen estadísticas sobre desastres.
En ese período de 50 años, la cantidad de desastres registrados se ha quintuplicado, fruto del cambio climático causado por las actividades humanas, el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y la mejora de los mecanismos de suministro de información.
Pero gracias al perfeccionamiento de las alertas, el número de víctimas mortales registradas durante ese lapso es casi tres veces menor a raíz de la mejora de los pronósticos meteorológicos y de la gestión proactiva y coordinada de los desastres.
"La creciente cantidad de desastres debidos al cambio climático pone en peligro la consecución de un gran número de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La mitigación reviste una trascendencia capital, y por ello es muy importante invertir en ella, pero también es cada vez más decisivo invertir en adaptación al clima. Para sacar el máximo provecho a las inversiones se deben mejorar los servicios de alerta temprana de peligros meteorológicos, hidrológicos y climáticos y las correspondientes infraestructuras de observación. Es preciso invertir 1 500 millones de dólares en los próximos cinco años para mejorar la calidad de los servicios y las infraestructuras conexas, en especial en los PMA y los PEID", declaró el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
¿Qué es un sistema de alerta temprana?
Un sistema de alerta temprana de crecidas, sequías, olas de calor o tormentas es un sistema integrado que advierte a las personas de la llegada de condiciones meteorológicas peligrosas y señala las estrategias que gobiernos, comunidades y particulares pueden adoptar para reducir al mínimo los impactos inminentes.
Estos sistemas permiten seguir de cerca las condiciones atmosféricas en tiempo real —tanto en tierra como en el mar— y pronosticar eficazmente los fenómenos meteorológicos y climáticos que se producirán mediante avanzados modelos numéricos informatizados. El objetivo consiste en determinar los riesgos que pueden afectar a las zonas en la que está previsto que se produzcan los fenómenos, teniendo en cuenta que tales riesgos pueden presentar diferencias en función de si se trata de un área urbana o rural, o de regiones polares, costeras o montañosas. Los sistemas de alerta temprana deben comprender planes de respuesta acordados para gobiernos, comunidades y personas al objeto de minimizar los impactos previstos. Un sistema integral de alerta temprana también debe tomar en consideración las enseñanzas extraídas de fenómenos pasados, con el fin de mejorar continuamente las respuestas en previsión de futuros peligros meteorológicos, climáticos, hidrológicos y medioambientales conexos.
Las alertas tempranas son eficaces
En el emblemático informe de 2019 de la Comisión Global de Adaptación titulado Adapt Now (Adaptación ya), se llegó a la conclusión de que los beneficios derivados de los sistemas de alerta temprana multiplican por más de diez la inversión realizada, el mayor retorno de la inversión de entre todas las medidas de adaptación contempladas en el informe.
En ese informe también se señala que basta con emitir con 24 horas de antelación un aviso de tormenta u ola de calor para reducir los daños consecuentes en un 30 %, y que invertir 800 millones de dólares en sistemas de ese tipo en países en desarrollo evitaría pérdidas anuales de entre 3 000 y 16 000 millones de dólares.
Con todo, a pesar de estos grandes beneficios, una de cada tres personas en el mundo sigue sin estar cubierta por servicios de alerta temprana, y en África la proporción de personas sin cobertura es casi el doble. Asimismo, cabe destacar que las personas vulnerables se ven afectadas de forma desproporcionada.
El Pacto de Glasgow por el Clima (acordado en noviembre de 2021 en el marco del 26º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP26) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)) hace hincapié en la imperiosa necesidad de incrementar el alcance de las medidas encaminadas a potenciar la capacidad de adaptación, reforzar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático. También insta a los países desarrollados a aumentar de forma urgente y significativa sus contribuciones a la financiación para el clima, la transferencia de tecnología y la creación de capacidad para fines de adaptación.
El Gobierno del Reino Unido, que presidió la COP26, y el Gobierno de Egipto, que presidirá la COP27 en Sharm el-Sheikh, recientemente reiteraron los llamamientos realizados a los países desarrollados para que cumplan su compromiso de multiplicar al menos por dos sus contribuciones a la financiación climática para fines de adaptación de los países en desarrollo de aquí a 2025, con el objetivo de lograr un equilibrio entre la financiación de la adaptación y la destinada a la mitigación.
Está previsto que los embajadores del Reino Unido y de Egipto intervengan en la ceremonia del Día Meteorológico Mundial, en la que oradores de alto nivel expondrán la necesidad de instaurar las alertas tempranas y la acción temprana e ilustrarán los beneficios que de ellas se derivan.
Sinergias y asociaciones
La OMM encabezará la iniciativa concebida para lograr que los servicios de alerta temprana alcancen una cobertura mundial, en estrecha colaboración con asociados clave, como contribución colectiva a los esfuerzos de adaptación llevados a cabo a escala planetaria.
Intentará suplir las carencias en materia de observaciones, ampliar la capacidad de todos los países para emitir alertas antes de que se produzcan los desastres y, al mismo tiempo, mejorar su capacidad para actuar en función de las alertas emitidas y brindar respuestas centradas en las personas, inclusivas y accesibles.
Tras el anuncio António Guterres, la OMM convocará a los principales organismos, países y grupos que ya trabajan en el ámbito del desarrollo de capacidad en materia de hidrometría y de alertas tempranas basadas en los riesgos para sacar el máximo provecho de las excelentes iniciativas en curso y establecer un plan de alcance mundial antes de la celebración de la COP27. Para salvar las diferencias en materia de alertas tempranas se necesitarán las aportaciones de todo un abanico de personas y entidades que participan en el conjunto de la cadena de valor, desde la alerta temprana hasta la acción temprana.
Con este nuevo plan se quiere capitalizar las actividades y las asociaciones de la OMM, entre otras, las que se indican a continuación:
El Sistema Mundial de Alerta de Peligros Múltiples (GMAS) de la OMM, que aprovecha los avances en materia de alertas tempranas para encarar peligros como los ciclones tropicales, las inundaciones y las inundaciones costeras.
El Servicio de Financiamiento de Observaciones Sistemáticas (SOFF), que fue establecido en la COP26 junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como nuevo mecanismo de financiación. Pretende aumentar significativamente la disponibilidad de datos básicos recabados mediante observaciones meteorológicas y climáticas y subsanar las carencias a ese respecto, en particular en los PMA y los PEID. Esos datos son la base en la que se sustentan todos los pronósticos meteorológicos y los servicios climáticos, por lo que las carencias en ese ámbito minan la eficacia de todas las iniciativas e inversiones en favor de la adaptación al clima. Recientemente, el Fondo Nórdico de Desarrollo (FND) ha destinado 10 millones de euros al SOFF.
La Iniciativa de Riesgo Climático y Sistemas de Alerta Temprana (CREWS) tiene como objetivo subsanar las deficiencias en materia de capacidad en lo relativo a sistemas de alerta temprana a fin de salvar vidas en los países vulnerables. Con esta iniciativa, las personas más expuestas reciben pronósticos y alertas de fenómenos extremos, las comprenden y pueden actuar en consecuencia. Sus éxitos le han valido grandes elogios y ahora cuenta con una cartera de más de 90 millones de dólares. En 2022, la OMM intensifica sus iniciativas relacionadas con los sistemas de alerta temprana en África a través de CREWS, dado que ha establecido un nuevo programa centrado en las alertas tempranas para la región de África Central dotado con 5 millones de dólares. Se están preparando programas similares para las regiones del Cuerno de África y África Oriental.