Madrid.- Los científicos, liderados por expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y apoyados por la organización conservacionista Greenpeace, subrayan en una carta dirigida a los gobiernos que minimizar el consumo de carne y lácteos es una excelente medida para reducir la huella de carbono del sector agroalimentario.
En la Cumbre del Clima de Madrid (COP25), Reyes Tirado, responsable de Agricultura, Alimentación y Clima de Greenpeace International, ha lamentado que la reducción del consumo de carne y lácteos "no se ha incluido en ningún plan de acción por el clima".
"La ciencia lo tiene muy claro, pero es un punto ciego que hemos tenido en todas las negociaciones climáticas", ha subrayado Reyes Tirado, quien ha incidido en que la lucha contra el cambio climático "necesita acciones ambiciosas de todos los sectores".
La responsable de Greenpeace ha recordado que el reciente informe sobre suelo del IPCC estima que hasta el 37 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) provienen del sistema alimentario y, de todas ellas, la ganadería de carne y lácteos es responsable del 14.5 por ciento.
"Se trata de una cantidad similar a todas las emisiones que vienen del transporte global -barcos, coches, trenes y aviones- y señalan con gran claridad cómo este es un sector muy importante a considerar en las políticas climáticas", ha explicado.
Para Reyes Tirado, además de contribuir a mitigar la emergencia climática, una dieta con menos carne "incrementa la salud de las personas" y, por eso, los ciudadanos deben incorporarlo en sus demandas a los políticos.
En su opinión, el consumo excesivo de carne "no es una cuestión cultural, es el propio sistema y el sistema se está equivocando", pues la mayoría de los cultivos se destinan en la actualidad al ganado y no a alimentar a las personas.
Greenpeace felicita al Ministerio español para la Transición Ecológica por haber decidido preparar un "menú sin carne" en la inauguración de la COP25, pero ha instado al Gobierno a promover la adopción de una dieta basada en vegetales y con una cantidad mínima de carne en todos los comedores colectivos públicos.