La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) exhortó a los padres y menores a no utilizar globos de de poliuretano, látex o metálicos inflados con helio para enviar sus cartas a los Reyes Magos, pues estos caen cientos y hasta miles de kilómetros lejos de donde fueron soltados y tardan meses y hasta 450 años en degradarse.
La dependencia señaló que “es más factible que los coloridos globos, ya reventados por la radiación solar o por una rama de árbol, alguna instalación eléctrica o de otro tipo, lleguen al tracto digestivo de algún animal marino o terrestre, al ser confundido como alimento”.
Indicó también que los animales como peces, reptiles, aves y mamíferos son especialmente sensibles a esta problemática. “Las tortugas marinas, por ejemplo, confunden los globos con alimento, el material les causa obstrucción intestinal lesiva a su mucosa; esto altera su funcionalidad, dificulta el flote al impedir la evacuación e imposibilita a las tortugas sumergirse para huir de sus predadores y alimentarse normalmente, lo que las debilita y conduce a la muerte tras una lenta agonía.”
Un globo también afecta la migración de las tortugas marinas, movilización que es vital para su crecimiento, alimentación, reproducción, crianza y búsqueda de zonas más benignas al presentarse cambios bruscos de temperatura, apuntó la Semarnat.
También es frecuente que los hilos que sostienen un globo atrapado en cables o cuerdas se enreden en alas, aletas, picos o patas de las especies salvajes, y que al querer liberarse de esas redes y nudos sean destrozados sus picos, dedos o extremidades, lo que les causa mutilaciones, enfermedades y, finalmente, la muerte.
Organizaciones No Gubernamentales argentinas como Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Aves Argentinas, Vida Silvestre, Fundación de Historia Natural, Fundación Patagonia Natural, Prictma, Fundación Inalafquen y Fundación Cabure-í, han advertido que los globos no van al cielo, sino al mar, y generan un problema de la basura estudiado y documentado por distintos centros de conservación.
Los globos inflados con helio causan un daño ecológico muy grave al ser soltados al aire libre, porque afectan a especies de fauna, lo mejor es recurrir al tradicional envío de cartas a los Reyes Magos, colocándolas directamente en los zapatos o en el árbol de Navidad.