México.- Existe la necesidad de desarrollar esquemas para mejorar la calidad del aire, mitigar el cambio climático y maximizar los beneficios en la salud, indica el documento “Estrategias integradas en contaminantes climáticos de vida corta para mejorar la calidad del aire y reducir el impacto al cambio climático”.
Esta estrategia señala que para lograr objetivos climáticos y mejorar la calidad del aire es necesario reducir los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC), que tienen una vida atmosférica mucho más corta que el dióxido de carbono (CO₂) y los beneficios son en el corto plazo a diferencia de las reducciones de CO₂ que son esenciales para lograr los objetivos a largo plazo para limitar el aumento de temperatura.
Los CCVC son el carbono negro (CN), metano, ozono troposférico (O₃) y los hidrofluorocarbonos (HFC), la reducción conjunta de las emisiones de estos contaminantes y de gases de efecto invernadero es muy importante para limitar el aumento de temperatura en el corto plazo en 1.5 grados como lo menciona el reporte especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y con ello evitar los fenómenos meteorológicos extremos.
La OMS indicó que alrededor de 4.2 millones de muertes prematuras en 2016 estuvieron relacionadas con la exposición a la contaminación del aire ambiente y en los hogares. Al reducir los CCVC también disminuye la contaminación del aire, la cual es un factor de riesgo ambiental para la salud humana, explican los autores.
El carbono negro forma parte importante de las partículas finas (PM2.5), que producen el mayor daño a la salud. El metano, a su vez, es un precursor del ozono troposférico, un contaminante que aumenta los cuadros de asma y otras enfermedades respiratorias.
México, al reconocer la importancia de mitigar los CCVC, estableció en sus contribuciones nacionalmente determinadas (CND) un objetivo para reducir las emisiones de carbono negro en un 51 por ciento.
Para el carbono negro, las estrategias que se siguen en México consisten en rutas de mitigación sobre los emisores, por ejemplo de ingenios azucareros, transporte, cocción residencial y ladrillero artesanal.
Para el metano, las rutas de mitigación incluidas en esta estrategia se encuentran en el sector ganadero y las aguas residuales industriales y municipales.
El documento indica que la implementación total de estas medidas lograría el 9 por ciento del objetivo de reducción de gases de efecto invernadero de México descrito en su CND. Las medidas de mitigación incluidas en esta estrategia para los HFC incluyen el cambio y reducción del gas HFC 134a de mayor calentamiento global.
La implementación total de estas medidas lograría el 12 por ciento del objetivo de reducción de gases de efecto invernadero de México descrito en su CND.
También señala que la puesta en marcha de esta estrategia de manera conjunta con acciones climáticas, eficiencia energética, salud y calidad del aire, pondrían a México en la ruta de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al 2030.
Las “Estrategias integradas en contaminantes climáticos de vida corta para mejorar la calidad del aire y reducir el impacto al cambio climático”es editado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Coalición de Clima y Aire Limpio (CCAC).
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