México.- Un documento de la Organización Mundial de la Salud, en torno al reciclaje de acumuladores de autos, señala que para su fabricación se emplea alrededor del 85 por ciento de la demanda mundial de metal de plomo refinado, pero la mayor parte es obtenida por la recuperación de las baterías en desuso, por lo que las personas que se dedican a esa recolección están altamente expuestas a daños en sus sistemas y aparatos neurológico, hematológico, gastrointestinal, cardiovascular, reproductor y renal.
En México, el reciclaje de baterías automotrices plomo-ácido es una práctica común para empresas establecidas bajo normas y reglamentación nacionales que salvaguardan, entre otros puntos, el impacto ambiental y la salud ocupacional de su personal, pues al tratarse de un material tóxico y altamente acumulativo, obligan a que esas empresas realicen constantemente pruebas médicas en los trabajadores.
Valiéndose de ese tipo de muestras, Nadia Cristina López Vanegas, estudiante de doctorado del Departamento de Bioquímica del Cinvestav, analizó las de trabajadores de una planta de reciclaje de baterías automotrices con el objetivo de determinar cómo la exposición a plomo puede estar relacionada también con el deterioro de las células del sistema inmune.
“Hemos observado que los trabajadores de una planta de reciclaje de baterías automotrices presentan infecciones del tipo respiratorias, genitourinarias, gastrointestinales y dermatológicas con mayor frecuencia, lo que indica que el sistema inmune está afectado por altas concentraciones de plomo en la sangre”, comentó la estudiante del Cinvestav.
Ante esa situación decidieron estudiar marcadores de oxidación del total de empleados de una planta de reciclaje, la cual cuenta con entre 30 y 35 trabajadores, desde administrativos hasta personal que laborara en procesos de fundición, oxidación y almacenaje.
El dato relevante es que además de los signos y síntomas clínicos evaluados como cólicos abdominales, cefaleas, dolor muscular, parestesias, mareos y alteraciones en la coordinación motora, que provoca la exposición al plomo por afectación al sistema nervioso, las muestras analizadas también presentaron daño oxidativo a nivel molecular.
“Hicimos pruebas bioquímicas de daño oxidativo como la lipoperoxidación (degradación oxidativa de lípidos) en los eritrocitos, que son las células de la sangre (también conocidos como glóbulos rojos) y encontramos que tienen altas concentraciones de un metabolito producto de esta lipoperoxidación generada por el plomo”, dijo López Vanegas.
También identificaron a raíz de ese daño oxidativo en los eritrocitos, que esas células presentan mayor porcentaje de apoptosis de los eritrocitos (nombrada también eriptosis o muerte celular programada de los eritrocitos), además encontraron mayor porcentaje de apoptosis de leucocitos, que son células del sistema inmune y de igual manera se encuentran en la sangre. Los leucocitos son los responsables de producir citocinas y en estos trabajadores encontraron bajas concentraciones de una de ellas, el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α, de sus siglas en inglés) lo que se traduce en detrimento en las defensas del organismo, dando paso a una vulnerabilidad hacia diversos tipos de infecciones.
De acuerdo con las conclusiones de la investigación de Nadia Cristina López Vanegas, que sirvieron para obtener su grado de Maestra en Ciencias en Bioquímica, es posible considerar que las afectaciones producidas por la alta exposición a plomo tienen efectos a la salud, puesto que una intoxicación por plomo es una enfermedad crónico-degenerativa.
Si bien las muestras en las que se basó el estudio realizado por la estudiante del Cinvestav fueron de una pequeña empresa recicladora de baterías, las condiciones en ese tipo de centros de trabajo son similares, por lo que sus resultados podrían replicarse en los trabajadores de otras recicladoras.
“Este tipo de investigación ayuda a tener planes o tomar medidas para los trabajadores en una planta de reciclaje de plomo, pero también es útil en la generación de esquemas de información y tratamiento médico a fin de mejorar la calidad de vida de los trabajadores”, señaló la estudiante del Cinvestav.