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La mitad de los lagos más grandes del mundo han perdido capacidad de recuperación

La mitad de los lagos más grandes del mundo han perdido capacidad de recuperación

Un estudio resalta la urgencia de una gestión responsable y esfuerzos de restauración para mitigar los impactos negativos en los lagos, subrayando la necesidad de aprovechar el desarrollo económico para promover la salud ambiental a nivel global.

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Lago
Ricardo Gomez/Unsplash

La mitad de los lagos más grandes del mundo han perdido capacidad de recuperación en las últimas décadas, según el primer análisis global de larga duración sobre la resiliencia lacustre.

Esta disminución es más notable en los lagos de Norteamérica oriental y Europa septentrional, donde la influencia de la alta densidad poblacional y la contaminación es evidente. Sin embargo, los lagos en regiones más prósperas muestran una salud superior, indicando que los esfuerzos costosos de conservación pueden ser efectivos.

La resiliencia de un lago, que considera su estructura y funciones ecológicas, es fundamental para prever cómo responderá a los cambios climáticos y antropogénicos. A pesar de ello, persisten incógnitas sobre las tendencias a largo plazo y sus causas a nivel mundial. El nuevo estudio publicado en Geophysical Research Letters aborda esta laguna.

Ke Zhang, líder del estudio y científico ambiental en el Laboratorio Estatal Clave de Ciencia de los Lagos y Medio Ambiente de la Academia China de Ciencias, enfatiza la importancia del monitoreo continuo de la recuperación de los lagos.

Este seguimiento permite detectar alertas tempranas de degradación ecosistémica y tomar medidas preventivas para evitar consecuencias socioecológicas catastróficas.

El estudio examinó 1,049 de los lagos más prominentes del mundo entre 2000 y 2018, evaluando factores como temperatura, precipitación, densidad poblacional y PIB per cápita.

Los resultados revelaron que casi la mitad de los lagos perdieron significativamente resiliencia durante este periodo, especialmente aquellos entre los 30 y 60 grados N. Sin embargo, algunos lagos de mayor altitud, como los de la meseta tibetana y los Andes, mostraron incrementos en su capacidad de recuperación, atribuidos al aumento del deshielo glaciar.

El análisis a largo plazo también destacó cambios marcados entre los períodos de 2000-2009 y 2010-2018: mientras que una cuarta parte de los lagos estudiados se volvieron más resistentes, un porcentaje mayor perdió resiliencia, especialmente en Norteamérica oriental y Europa septentrional.

Zhang subrayó la sorpresa ante la magnitud de la disminución observada, advirtiendo que muchos lagos podrían estar acercándose a puntos de inflexión ecológicos irreversibles.

Según el estudio, la densidad poblacional emergió como el factor principal detrás de la pérdida de resiliencia, debido a la concentración de contaminantes y la alteración del paisaje circundante.

A pesar de estos desafíos, existen indicios positivos, como la mejora observada en lagos de regiones con mayores PIBs, resultado de esfuerzos de conservación como la reforestación y la gestión sostenible de la tierra. Este patrón sugiere que el desarrollo económico puede jugar un papel crucial en la protección ambiental y la gestión efectiva de los lagos.

Oportunidades para la restauración 

Los lagos son ecosistemas vitales que enfrentan amenazas crecientes debido a factores climáticos y humanos. A medida que las temperaturas globales aumentan, se observa un aumento en la evaporación y una reducción en las precipitaciones, afectando el nivel de los lagos.

Además, la contaminación persistente agrava la salud de estos ecosistemas acuáticos, haciendo que sean más vulnerables a perturbaciones repentinas como olas de calor, sequías o inundaciones.

El estudio destaca que la capacidad de recuperación de los lagos varía significativamente según la región y la altitud, por ejemplo, los lagos ubicados en áreas de alta altitud, como la meseta tibetana y los Andes, están mostrando una mayor capacidad de recuperación gracias al aumento del agua de deshielo de los glaciares.

El monitoreo continuo de la salud y la resiliencia de los lagos es esencial para anticipar y responder a los cambios ambientales y antropogénicos. Detectar tempranamente señales de degradación permite intervenciones oportunas para evitar el colapso irreversible de estos ecosistemas, con potenciales consecuencias socioecológicas devastadoras.

Aunque el panorama presenta desafíos significativos para la conservación de los lagos a nivel global, también hay oportunidades para la restauración y la mejora basadas en experiencias positivas en regiones con mayores recursos económicos.

La colaboración internacional y el enfoque en la gestión sostenible de los recursos acuáticos son clave para mitigar los impactos negativos y promover la salud a largo plazo de estos importantes ecosistemas lacustres.

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