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La lucha global contra la desertificación: un reto urgente para el mundo

La lucha global contra la desertificación: un reto urgente para el mundo

La desertificación es un fenómeno que afecta a 3200 millones de personas en todo el mundo, es una una crisis global con impactos devastadores en la seguridad alimentaria, la migración forzada y la estabilidad económica.

La lucha contra la desertificación es una batalla compartida, con inversiones estratégicas, políticas coordinadas y un enfoque en la sostenibilidad energética, es posible mitigar sus efectos.

La desertificación, un fenómeno que afecta a 3200 millones de personas en todo el mundo, ha emergido como una crisis global con impactos devastadores en la seguridad alimentaria, la migración forzada y la estabilidad económica. Con el 45% de la superficie terrestre afectada por la pérdida de tierras, se vuelve imperativo abordar esta problemática antes de que sus consecuencias se intensifiquen.

Impacto y consecuencias globales

La desertificación no conoce fronteras, afectando tanto a países desarrollados como en desarrollo. Esta degradación del suelo, que ocurre a un ritmo de cien millones de hectáreas por año, equivale a la superficie de Egipto. Las comunidades dependientes de la tierra para la subsistencia se ven obligadas a migrar cuando ya no pueden cultivar alimentos, exacerbando los conflictos por recursos como tierra y agua.

Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, destaca que invertir en la restauración de tierras degradadas no solo es esencial, sino también económicamente viable. indica que cada dólar invertido puede generar hasta 30 dólares en beneficios económicos, aliviando la presión sobre la seguridad alimentaria y reduciendo los conflictos sociales.

Energía sostenible: una solución integral

Thiaw enfatiza que la transición hacia fuentes de energía sostenibles como la solar y la eólica es crucial para combatir la desertificación. Estas energías no solo son menos invasivas para la tierra, sino que también empoderan a las comunidades al proporcionar acceso a electricidad en áreas remotas. Esta combinación de energía y agricultura promueve prácticas más eficientes y sostenibles, como la cosecha de agua y la reducción de la pérdida de alimentos.

La respuesta a la desertificación no puede ser exclusivamente local; requiere de políticas coordinadas a nivel mundial y de un compromiso firme del sector privado y los gobiernos. Reducir las subvenciones a las industrias agrícolas destructivas y reinvertir esos recursos en la restauración y diversificación económica es fundamental para revertir la pérdida de tierras.

El rol crucial del cambio climático

La desertificación y el cambio climático se refuerzan mutuamente, amplificando sus impactos sobre la biodiversidad y la estabilidad climática global. Por lo tanto, abordar la desertificación es parte integral de la lucha contra el cambio climático y viceversa.

A pesar de los desafíos, Thiaw ve un rayo de esperanza en el aumento de la conciencia y la acción global. Desde comunidades locales hasta iniciativas internacionales, hay un impulso creciente hacia la restauración de tierras y el uso de energías renovables. Este movimiento colaborativo es clave para invertir la tendencia de la desertificación y asegurar un futuro sostenible para todos

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