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El Suelo de Conservación genera 73 litros de agua al día por habitante de CDMX

El Suelo de Conservación genera 73 litros de agua al día por habitante de CDMX

Con aproximadamente el 59% del territorio de la Ciudad de México designado como suelo de conservación, estas áreas se convierten en bastiones de biodiversidad y barreras contra la expansión urbana descontrolada.

En la Ciudad de México, la gestión del agua representa un desafío constante, y su disponibilidad requiere inversiones significativas por parte del Estado. Aunque el 40% del agua proviene de fuentes externas como el Río Cutzamala, el 60% se extrae de los acuíferos locales. La ciudad, caracterizada por su compleja hidrografía, destaca la importancia del suelo de conservación. Este cinturón natural que rodea la zona urbana es crucial para la infiltración de agua hacia los acuíferos, y su valor para sostener la vida de los habitantes de la ciudad es fundamental e irremplazable.

Jorge Escandón, especialista en temas hídricos, destaca la contribución esencial de estos terrenos: proporcionan aproximadamente 73 litros de agua diarios por habitante, una cifra vital para los millones de habitantes de la capital, enfatizando la importancia de estas áreas para la supervivencia y el desarrollo sostenible de la metrópoli.

El suelo de conservación no es solo un pulmón para la ciudad, sino una arteria vital que nutre y sostiene la vida urbana," afirma Escandón.

Con aproximadamente el 59% del territorio de la Ciudad de México designado como suelo de conservación, estas áreas se convierten en bastiones de biodiversidad y barreras contra la expansión urbana descontrolada.

La infiltración es el proceso mediante el cual el agua en la superficie de la tierra entra en el suelo. Es un componente crítico del ciclo hidrológico, ya que permite que el agua de lluvia o de fuentes superficiales se filtre lentamente a través del suelo y llegue a los acuíferos subterráneos, donde se almacena para su uso posterior. La tasa de infiltración depende de varios factores, incluyendo la textura y estructura del suelo, el tipo de vegetación, el contenido de agua del suelo y la intensidad de la precipitación.

Durante este proceso, el agua es atraída hacia abajo por la gravedad y la acción capilar. Los suelos con granulometría más gruesa, como los arenosos, permiten una infiltración más rápida debido a los espacios más grandes entre los granos. La presencia de vegetación también mejora la infiltración, ya que las raíces aflojan el suelo y la capa de hojarasca protege contra la compactación por la lluvia.

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El Suelo de Conservación es la reserva ecológica que rodea la zona urbana de la Ciudad de México. Representa el 59% del territorio de la ciudad y se distingue por su diversidad de ecosistemas, incluyendo bosques, pastizales, zonas lacustres y agrícolas. Estos albergan el 2% de la biodiversidad mundial y el 12% de la megabiodiversidad nacional.

En estas zonas se generan servicios socioambientales vitales para la vida en la ciudad, como la captura de carbono, la generación de oxígeno, la infiltración de agua, la producción de alimentos y la provisión de espacios para la recreación y el turismo. El Suelo de Conservación se sitúa principalmente en las zonas montañosas y rurales de la ciudad, extendiéndose a través de los territorios de las alcaldías de Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan, Milpa Alta, la Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Iztapalapa y Gustavo A. Madero.

"En términos de superficie, hablamos de 88,400 hectáreas, de las cuales, cerca de 44,000 hectáreas pertenecen a terrenos boscosos," detalla Escandón, resaltando la importancia de estas zonas para la infiltración del agua, un proceso natural que recarga los acuíferos y mantiene el ciclo hídrico vital para la región.

Durante la temporada de lluvias, estos suelos facilitan la infiltración de unos 245 mil millones de litros de agua, cifra que subraya su rol insustituible en tiempos de variabilidad climática. "Hay cerca de 73 litros por habitante día que se infiltran vía el suelo de conservación," enfatiza Escandón, ilustrando la relevancia de estas áreas en el abastecimiento de agua para la metrópoli.

La preservación del suelo de conservación es una prioridad para las autoridades locales, que han logrado disminuir la expansión urbana en un 41% comparado con administraciones previas. "Esto implica que muchas de las políticas van encaminadas a la preservación de zonas agrícolas y zonas boscosas, las cuales a su vez tienen un efecto importante en todos los procesos vinculados a la infiltración," declara Escandón.

La lucha contra la escasez de agua y la degradación ambiental es un desafío que requiere la colaboración de toda la sociedad. Escandón hace un llamado a los medios de comunicación y a la ciudadanía para difundir la importancia del suelo de conservación. "No nada más es un porcentaje de la ciudad, sino que es un elemento multifactorial donde tienes elementos culturales, bio culturales y de endemismo," explica, instando a una mayor conciencia y aprecio por estas áreas.

La entrevista con Jorge Escandón no solo arroja luz sobre la importancia crítica del suelo de conservación para la Ciudad de México, sino también sobre la urgencia de su protección. Como ciudadanos, recae sobre nosotros la responsabilidad de preservar nuestro hábitat natural para garantizar un porvenir sostenible. La defensa del suelo de conservación trasciende la política ambiental; es una cuestión de supervivencia urbana y bienestar colectivo.

Jorge Alberto Escandón Calderón es un destacado especialista en cambio climático, urbanismo y adaptación. Posee un doctorado en Cambio, Sustentabilidad y Políticas Públicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una maestría en Ciencias Fisiológicas y una licenciatura en Biología. En la actualidad, colabora en la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Coreandr).

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