Los bosques, abarcando el 31% de la superficie terrestre de la Tierra, son pilares fundamentales para la salud de nuestro planeta. De acuerdo con la ONU, no solo albergan más del 80% de la biodiversidad terrestre, sino que también desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y en el suministro de agua, un recurso vital para más del 75% de la población mundial.
A pesar de su importancia, los bosques enfrentan amenazas significativas debido al crecimiento demográfico, la expansión urbana y los cambios en el uso del suelo, lo que ha llevado a problemas como la deforestación y la pérdida de biodiversidad.
Importancia del agua y desafíos
Los ecosistemas forestales y montañosos son la fuente principal de agua renovable, esencial para la seguridad hídrica global. Sin embargo, la presión demográfica y los cambios climáticos están afectando negativamente la cantidad y calidad del agua proveniente de estos ecosistemas. Un enfoque integral es crucial para abordar estos desafíos y garantizar la sostenibilidad de nuestro suministro de agua.
Miles de millones de personas dependen directamente de los bosques para su subsistencia y empleo. La leña, por ejemplo, sigue siendo una fuente vital de energía para aproximadamente 2000 millones de personas, destacando la importancia económica y social de estos recursos naturales. Además, los bosques proporcionan materias primas renovables que pueden impulsar economías circulares y sostenibles.
Desafíos de la deforestación
Aunque la deforestación mundial se está desacelerando, sigue siendo un problema grave. Cada año, perdemos una superficie equivalente a la República de Corea, principalmente debido a la tala ilegal, incendios forestales y cambios en el uso del suelo. América del Sur ha logrado reducir la deforestación, pero la lucha contra este fenómeno persiste, especialmente en zonas tropicales.
La agricultura, la ganadería y el desarrollo urbano son las principales causas de la deforestación. La expansión de tierras de cultivo y el pastoreo representan el 88% de la pérdida de bosques. Es imperativo adoptar prácticas agrícolas sostenibles y promover la restauración de tierras degradadas para revertir esta tendencia.
Compromiso global
La Organización Mundial de la Salud aboga por un enfoque de "una sola salud" que incluya la restauración de bosques y la plantación de árboles para prevenir enfermedades zoonóticas. Además, los Objetivos Forestales Mundiales de la ONU se alinean con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, subrayando la importancia de los bosques en la consecución de objetivos como la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente.
Revitalizar los bosques degradados no es solo una necesidad ambiental, sino una oportunidad para impulsar la sostenibilidad global. Al abordar la deforestación, promover prácticas agrícolas sostenibles y restaurar tierras degradadas, podemos trabajar hacia el objetivo de aumentar la superficie forestal mundial en un 3% para 2030.
Este compromiso no solo protegerá nuestros recursos naturales, sino que también contribuirá significativamente a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a la construcción de un futuro más equitativo y sostenible para todos.