La amenaza omnipresente de la contaminación por plásticos ha alcanzado proporciones alarmantes, extendiéndose por todos los rincones de nuestro planeta y dejando a su paso consecuencias devastadoras para la fauna, el medio ambiente y la salud humana.
En respuesta a esta crisis global, los países miembros de las Naciones Unidas están inmersos en negociaciones para forjar un tratado mundial que reduzca la contaminación por plásticos, con la ambiciosa meta de concluir estas deliberaciones a finales de 2024.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha dado pasos significativos en este esfuerzo, presentando en septiembre de 2023 el "borrador cero", una primera iteración de ideas y objetivos emergidos de las primeras rondas de negociaciones. En noviembre del mismo año, el Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación por Plásticos se reunió en Nairobi, Kenia, para llevar a cabo la tercera ronda de negociaciones. A pesar de este progreso, persisten desafíos cruciales por resolver.
El proyecto de tratado aborda las diversas fases del ciclo de vida del plástico, desde su producción hasta su eliminación, con 13 disposiciones que buscan reducir la producción, fomentar el uso de materiales reciclados, eliminar progresivamente los plásticos de un solo uso, promover alternativas y limitar sustancias químicas peligrosas. Sin embargo, tras tres rondas de negociaciones, las divergencias persisten.
Algunos países priorizan medidas relacionadas con el final de la vida útil, como la eliminación y el reciclado, mientras que otros se centran en reducir la producción de plástico. Estados Unidos, siendo el mayor generador de residuos plásticos a nivel mundial, ha mostrado reticencias a respaldar objetivos ambiciosos, aunque la administración Biden ha acordado recientemente que los planes nacionales deberían basarse en objetivos globales.
La problemática de la adicción al plástico se agrava por el uso masivo de productos de un solo uso, representando el 36% de la producción mundial de plástico. A pesar del aumento en la producción de plástico, las tasas de reciclaje se mantienen estancadas, planteando interrogantes sobre la eficacia de los enfoques actuales.
En este contexto, se destaca la necesidad de un enfoque integral de ciclo de vida que aborde todas las etapas de la cadena de valor del plástico. Dado que los plásticos se derivan de productos petroquímicos, la influencia de la industria de combustibles fósiles en el resultado del tratado es significativa y requiere incentivos para respaldar propuestas de limitación de la producción.
Mirando hacia el pasado, el éxito del Protocolo de Montreal de 1987, que abordó con éxito la capa de ozono estratosférico, ofrece un modelo valioso. Este tratado identificó sustancias químicas específicas, involucró a científicos en el proceso de negociación y estableció un calendario ambicioso para el control de sustancias nocivas.
Sin embargo, las negociaciones actuales sobre el tratado de plásticos enfrentan obstáculos. Países como Irán, Arabia Saudita, China y Rusia han sido señalados por aplicar tácticas dilatorias, abogando por un enfoque más laxo centrado en la gestión de residuos. En contraste, la Coalición de Alta Ambición para Acabar con la Contaminación por Plásticos presiona por objetivos vinculantes y la eliminación de plásticos problemáticos.
La presencia significativa de la industria de combustibles fósiles en las negociaciones resalta la importancia de medidas para el final de la vida útil, como el aumento del reciclaje, en lugar de limitar la producción. La cuarta ronda de negociaciones en Ottawa en abril de 2024 se presenta como una oportunidad crucial para abordar estas cuestiones pendientes.
A pesar de los desafíos y las divergencias, la urgencia de un tratado vinculante sobre la contaminación por plásticos es universalmente reconocida. Para alcanzar el éxito, es imperativo minimizar la influencia de la industria del petróleo y aumentar el respaldo de Estados Unidos a un enfoque de ciclo de vida, que incluya la eliminación progresiva de plásticos de un solo uso y sustancias químicas nocivas.
Además, el involucramiento continuo de científicos proporcionará una base sólida para abordar la evolución de la ciencia relacionada con la contaminación por plásticos, fundamentando así las decisiones y políticas futuras.