El krill en la península Antártica y el mar del Scotia brindan servicios de almacenamiento de carbono por un valor estimado de 15.2 mil millones de dólares por año, según un nuevo informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Por el contrario, el valor anual de la pesquería de krill antártico es 60 veces menor, aproximadamente 0.25 mil millones de dólares menos. A medida que la Antártida se calienta, la creciente evidencia muestra que el krill juega un papel cada vez más importante en el ciclo global del carbono. El informe de hoy muestra la necesidad de priorizar una mejor protección del krill antártico en lugar de incentivar una mayor captura industrial. “El krill antártico que se mantiene en el océano vale más para la naturaleza y las personas que el que se pesca”, dijo Emily Grilly, gerente de Conservación Antártica para WWF.
El informe de WWF, “Krill antártico: la fuente de energía del océano del Austral”, examinó la capacidad potencial de almacenamiento de carbono del krill en la península Antártica y el mar del Scotia. El krill antártico envía carbono a las profundidades mediante el hundimiento de sus heces y la muda de sus exoesqueletos. El almacenamiento de carbono de sus gránulos fecales está valorado en US$8.6 mil millones y el desprendimiento de exoesqueletos en US$6.6 mil millones adicionales, que suman un total de US$15.2 mil millones al año. Se estima que esto equivale al hundimiento de 23 megatoneladas de carbono al año.
Sabemos que el krill es fundamental para la red alimentaria del Océano Austral: las ballenas, los pingüinos, las focas y otras especies marinas dependen del krill para sobrevivir”, dijo Grilly.
“Ahora estamos aprendiendo sobre el papel potencial que juega el krill en nuestro clima”. “El krill es individualmente pequeño pero colectivamente poderoso. Eso ciertamente se aplica a su capacidad para almacenar carbono y ayudar a mantener condiciones climáticas estables que son beneficiosas para la humanidad”, dijo.
La amenaza para el krill y la vida silvestre de la pesca
La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) administra una pesquería comercial de krill a gran escala. El informe de WWF proporciona además una actualización completa sobre el estado de la pesquería de krill y una descripción general de los problemas actuales con su gestión. El krill se recolecta para hacer alimento para acuicultura, ganado y mascotas, y suplementos nutracéuticos para consumo humano.
La pesquería está creciendo y se acerca cada vez más a las mismas regiones de la península Antártica y el mar del Scotia, donde se forman los enjambres de krill más densos. Pero es esta misma concentración de krill la que atrae a las ballenas, focas, pingüinos y aves, por lo que la actividad pesquera se superpone regularmente con la vida silvestre en busca de alimento.
En 2021, tres ballenas jorobadas muertas fueron retiradas de las redes de krill en la Antártida y, en enero de 2022, otra ballena jorobada quedó enredada y murió en una red de krill en la región.
“WWF está pidiendo mejores medidas de protección internacionalmente vinculantes para las poblaciones de krill a través de más Áreas Marinas Protegidas y regulaciones de gestión más estrictas”, recalcó Grilly.
Cualquier decisión que afecte al krill antártico ahora debe considerar su valor para la sociedad como almacén de enormes cantidades de carbono. Se debe fortalecer la gestión de la pesquería de krill para conservar el krill antártico y a los depredadores del krill”, dijo.
La CCRVMA considerará la adopción de un nuevo marco de gestión de la pesca de krill, así como de tres propuestas para establecer Áreas Marinas Protegidas, incluida una en la península Antártica apoyada por WWF.
La 41ª reunión de la CCRVMA se lleva a cabo en Hobart del 24 de octubre al 4 de noviembre.