La quema de combustibles fósiles y el uso desigual e insostenible de los recursos naturales ya ha provocado el aumento de la temperatura global del planeta de 1.1°C, lo que ocasiona fenómenos meteorológicos cada vez más intensos.
No obstante, aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable, pues existe suficiente capital en el mundo para disminuir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, asegura el último informe del IPCC.
En el marco del Día Mundial de la Tierra, celebrado cada 22 de abril, The Climate Reality Project América Latina invita a la sociedad civil, empresas y gobiernos a unirse a un esfuerzo colectivo y audaz para invertir en el planeta y actuar ante los efectos del cambio climático.
El financiamiento climático es imprescindible, debido a que invierte recursos económicos en infraestructura, tecnología, innovación, participación ciudadana, y en acciones orientadas a reducir las emisiones contaminantes, como la implementación de energías limpias, eficiencia energética, mejorar los sistemas de transporte, fortalecer la adaptación al cambio climático, reducir la deforestación y mejorar la gestión de recursos naturales.
De acuerdo con el índice de Finanzas sostenibles 2022, realizado por Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe, en la región, los presupuestos asignados a la explotación de hidrocarburos sobrepasan por 39 veces, a los otorgados a la eficiencia energética, energías renovables y atención de desastres.
De continuar invirtiendo nuestros recursos financieros en industrias contaminantes, los impactos del cambio climático amenazarán el suministro de alimentos, el acceso al agua y otros medios de subsistencia en las economías más vulnerables al clima. Por ello, es importante crear sistemas de medición, reporte y verificación de financiamiento climático y sostenible para identificar las necesidades y brechas de inversión climática.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, los riesgos climáticos y ambientales son el foco central de las percepciones de riesgos globales durante la próxima década y para los que se considera que estamos menos preparados. Para hacer frente a los efectos del calentamiento global y lograr alcanzar el nivel de financiamiento requerido es fundamental la participación de todos los actores de la sociedad.
En primer lugar, los gobiernos, tienen un papel clave para transformar el futuro de las finanzas, una de las grandes áreas de oportunidad para los gobiernos es identificar el costo de las acciones climáticas necesarias, las posibilidades de movilización de recursos a nivel nacional para cubrir dichos costos, y la necesidad de financiamiento internacional o privado. La claridad en estos datos puede ayudar a mejorar el funcionamiento de los mecanismos de financiamiento existentes.
En la misma línea, es necesario que los gobiernos diversifiquen sus ingresos a través de reformas que permitan alcanzar la descarbonización de sus finanzas públicas, especialmente los ingresos procedentes de la explotación y extracción de hidrocarburos. Asimismo, tienen la oportunidad de redireccionar presupuestos hacia acciones a favor de la sostenibilidad y que permitan a los países mitigar sus emisiones, además de incrementar inversiones hacia la transición energética, reducir los recursos destinados a la explotación de hidrocarburos y transformar las finanzas a través de los impuestos a la intensidad de carbono.
Se calcula que para 2030, el financiamiento climático anual debe aumentar al menos un 590%, es decir, que alcance al menos los 4,000 billones de dólares anuales.
De no cumplir con la meta de mantener el incremento de temperatura por debajo de los 1.5°C corremos el riesgo de desestabilizar severamente las estructuras sociales y económicas de todo el mundo. Las empresas pueden impulsar el cambio e innovar nuevas formas de mitigar el impacto.
En una encuesta realizada por las empresas S&P 500, en 2022, se reportó un valor de $53 millones de ahorros identificados por la implementación de medidas de gestión de cambio climático, y un valor estimado de 5.5 billones de dólares en mercado global para bienes y servicios bajos en carbono. Es posible lograr la descarbonización de las empresas, por medio de una mejor conciencia corporativa; la medición y divulgación de resultados es esencial para la gestión eficaz del riesgo al cambio climático.
En tercer lugar, las industrias son afectadas por fenómenos meteorológicos como las sequías, inundaciones e incendios que amenazan a los cultivos, recursos naturales y ganadería e impactan de forma irreversible a la seguridad alimentaria.
En 2022, un estudio declaró que cuatro de cada cinco inversionistas del sector cárnico y lácteo están preocupados por el cambio climático y cómo afectará sus inversiones. Sin embargo, sólo el 33% está tomando medidas sobre esto. Para lograr cambios significativos es necesario transformar el comportamiento comercial tradicional, de forma que las industrias transparenten sus acciones y procesos en materia ambiental.
Todos somos parte de la solución, existen opciones viables y eficaces para reducir drástica y rápidamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en todos los sectores. La crisis climática que enfrentamos hoy, tiene soluciones que requieren de la cooperación de todos.
Súmate a la campaña "Invierte en el planeta", un llamado a la acción que invita a destinar nuestro tiempo, recursos y energía para enfrentar la crisis climática en todas sus dimensiones.
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