México.- La crisis ambiental del planeta es una realidad que se ve reflejada en todos los ámbitos de la vida humana, lo que confirma la urgente necesidad de transitar hacia nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza para detener el deterioro y garantizar un futuro próspero a las nuevas generaciones.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) indicó que ha trabajado en definir una política ambiental que permita una profunda recuperación del país, bajo una lógica de transversalidad, con enfoque territorial y de derechos humanos, y con un fin sostenible.
El titular de la Secretaría, Víctor M. Toledo, ha manifestado la errónea relación que ha tenido el ser humano con la naturaleza, ya que en lugar de aprovechar su capacidad de recuperación y la sabiduría de los pueblos originarios, que por siglos han convivido con ella, la ha explotado bajo una visión comercial para beneficio de unos cuantos.
Toledo Manzur, junto con muchos investigadores, ambientalistas y naturalistas han coincidido en que este esquema de producción se ha traducido en una “doble explotación”, contra la naturaleza y contra la humanidad, que se limita a trabajar bajo grandes esquemas de producción, con monocultivos a gran escala que han restado la natural capacidad de los ecosistemas para hacer frente a plagas y adaptarse a las variaciones climáticas.
Esto, a su vez, ha generado una mayor zoonosis, ya que al acotar el equilibrio natural de los ecosistemas se ha propiciado que enfermedades que desde siempre han existido en el mundo animal se extienden al ser humano, como el caso de las pestes del siglo XIV, el VIH, el ébola y más recientemente el COVID-19.
A ello se suma el desgaste prematuro de la tierra por su sobreexplotación, situación que se ha agravado con el incremento de la población mundial y ha generado una creciente demanda de recursos. Esto se debe a que se menguó su capacidad natural y se ha precipitado la extinción de insectos y animales clave como los polinizadores, afectados por herbicidas y por la destrucción de sus ecosistemas.
Ante este panorama, reitera que es necesario cambiar a un esquema que recupere la dignidad de la naturaleza y restablezca una sana relación del ser humano con ella, lo que también significa recuperar la sabiduría de los pueblos originarios que por siglos han vivido y convivido con la naturaleza, generando mucha de la riqueza agroalimentaria que permitió el desarrollo de las sociedades antes de los agroquímicos.
Es por esas razones que la Secretaría de Medio Ambiente elaboró una Agenda de Transiciones Ambientales que propone 7 ejes: 1) Forestal, Agroecológica y Pesquera; 2) Hídrica; 3) Energética; 4) Biocultural; 5) Urbano-Industrial; 6) Educativa y 7) Ciudadanía, Justicia y Gobernanza Ambiental.
Estos procesos sientan las bases para alcanzar las metas planteadas en el Plan Nacional de Desarrollo, a la vez que responden a los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteado por las Naciones Unidas, con una visión integral que considera la sana relación de hombres y mujeres con la naturaleza en beneficio de la salud humana y ambiental.
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