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Washington.- "Se mira a Brasil como 'ellos son los únicos culpables' y claro hay mucha culpabilidad por ese lado y Bolsonaro entre ellos, pero también nosotros somos culpables, Europa es muy culpable y Estados Unidos", advirtió Andrew E. Miller, director de Incidencia de la organización Amazon Watch, con motivo del Día del Amazonas.
"Están destruyendo la Amazonia para alimentarnos a nosotros, nuestro apetito, para carne, por ejemplo, entre otras cosas", citó este activista, quien observó que, "al fin y al cabo, somos los más culpables en cierta forma".
A su juicio, esa responsabilidad alcanza a China o la India, así como a otros mercados emergentes "que también están buscando esos recursos".
Y al analizar la respuesta de las mayores economías del mundo aglutinadas en el G7, en cuyo reciente cónclave en Biarritz (Francia) se lanzó una voz de alerta por las extensiones de la Amazonia consumidas por las llamas, Miller la consideró mínima.
"Desde el G7 comprometieron algunos fondos, 20 millones de dólares, que no es nada para realmente enfrentar este asunto; entonces, el ofrecimiento de apoyo fue muy mínimo, pero por otro lado no se toma responsabilidad", cuestionó.
Ampliando el espectro de las responsabilidades, Miller estimó que hay "fuerzas globales" que se están beneficiando de la situación en la Amazonia -golpeada además por la deforestación-, entre las que mencionó a agricultores, compañías locales y extranjeras, bancos, fondos de inversión e incluso tratados de libre comercio, a los que atribuyó "muchos niveles de culpabilidad".
Sobre el Gobierno de Bolsonaro, Miller, quien es portavoz ante distintos sectores en Washington de lo que ocurre en la Amazonia y en especial a las comunidades indígenas que ahí habitan, denunció la que consideró una "falta de voluntad política".
"Con la elección de Jair Bolsonaro hay muchas preocupaciones. Él ha entrado con un discurso muy fuerte antiindígena, pro, entrecomillas, desarrollo de la Amazonia", afirmó Miller, y recordó que Brasil, "de hecho, es un país que sí tiene una historia de un esfuerzo exitoso de proteger el medio ambiente, de disminuir la deforestación".
"Pero lo que falta es la voluntad política. Cuando sí existe voluntad política se hace, pero la voluntad política de Jair Bolsonaro y sus ministros es destruir para abrir la Amazonia para diferentes actividades extractivas y económicas", explicó.
Para el funcionario de Amazon Watch, "toda la voluntad del Gobierno de Jair Bolsonaro es entrar, deforestar, abrir para que haya más soja, para que haya más ganado, para que haya más minería".
"Y los incendios apenas son el último indicio de todo esto", puntualizó.
Por otra parte, alertó de que las comunidades indígenas asentadas en la Amazonia vienen denunciando que son víctima de presiones por parte de invasores de tierras, personas dedicadas a la minería y a la tala ilegal, e incluso de amenazas de muerte.
"Lo que estamos viendo en Brasil ahora es que el Estado no está cumpliendo con su función de protección, entonces los mismos pueblos indígenas están armando sus propias defensas, sus guardias forestales", sostuvo.
Según dijo, estos grupos de defensa indígena "se están enfrentando con los invasores", lo que consideró "una receta para la violencia" en un país que describió como uno de los "más peligrosos del mundo para los defensores del medio ambiente".
Miller miró igualmente a Bolivia, donde el fuego ha consumido parte de la Chiquitania, una zona de transición entre el Chaco y la Amazonia, lo que ha sido atribuido por algunos sectores a quemas, también conocidas como "chaqueos", que se realizan para preparar los terrenos para el nuevo ciclo agrícola.
"Son prácticas ancestrales, pero también son prácticas animadas por los Gobiernos: Bolsonaro en Brasil y (el presidente de Bolivia) Evo Morales también. O sea, hay varias medidas del Gobierno que ellos sacaron hace unos meses para realmente permitir más de esta actividad en Brasil y en Bolivia", indicó.
Para Miller, el escenario actual "es bastante grave", "bastante difícil", pero confió como "única esperanza" en la conciencia y la movilización de la gente.
"Y la solución no es simplemente sacarlos a ellos (al presidente de EUA., Donald Trump y a Bolsonaro) de la Casa Blanca, de la Presidencia en Brasil. Ellos son la humanización de otras tendencias, de otras ideologías; entonces, hay muchos intereses detrás de lo que ellos están haciendo", concluyó para recordar que "los recursos naturales son finitos" y no podemos "seguir contaminando para siempre".