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México.- Para garantizar una oferta suficiente y sustentable de comida, agua y otros recursos vitales, se requiere transitar de esquemas productivos lineales, hacia modelos de desarrollo circulares que permitan cadenas productivas y de consumo basadas en la optimización del aprovechamiento, por esta razón, el pasado 3 de septiembre se llevó a cabo el Seminario Experiencias de Economía Circular en el Sector Empresarial Europeo.
El seminario organizado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), buscó compartir conocimientos y experiencias estratégicas en el sector empresarial con la Unión Europea para así, promover la adopción y transición a nuevas formas de producción que conduzcan a una economía circular, así como las oportunidades de negocio para el sector privado en México.
Entre los principales resultados, destacaron:
- Transitar a una economía circular debe ser un esfuerzo de todos los sectores (gobierno, empresas y población).
- El vínculo entre cambio climático y la economía circular es claro, ya que abona tanto a la adaptación (prevención de riesgos) como a la mitigación (reducción gases de efecto invernadero por eficiencia energética y de materiales).
- La economía circular ofrece información y herramientas para lograr las metas del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Es así que los enfoques de economía circular y simbiosis industrial pueden apoyar a desarrollar nuevas oportunidades de negocio. Por tanto es fundamental la búsqueda y fomento de sinergias y cooperación entre diferentes industrias (además en una gran oportunidad de nuevos negocios).
Una economía lineal funciona bajo la premisa de “extraer-usar-disponer” los recursos. Por su parte, en una economía circular, los fabricantes buscan diseñar productos a fin de que se reutilicen tanto como sea posible. Este enfoque plantea un cambio de paradigma al transitar de un sentido de propiedad sobre los recursos y productos, a rentar o pagar por el uso.
Este concepto reconoce la importancia de que la economía tenga que trabajar eficazmente a todas las escalas, tanto para las grandes y pequeñas empresas, para las organizaciones y los individuos a nivel mundial y local.
La transición a una economía circular representa un cambio sistémico que construye resiliencia a largo plazo, genera oportunidades empresariales y económicas, y proporciona beneficios ambientales y sociales. Abre oportunidades para un mejor uso de los recursos naturales, negocios rentables, y podría ayudar a cerrar brechas en diversas áreas como el desperdicio de alimentos, o la producción y gestión de residuos.
Este enfoque propone un cambio en la forma en que los bienes y servicios son diseñados, desarrollados, producidos, utilizados y eliminados, además de que la sociedad de relaciona de una manera más responsable con los mismos