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Nueva Delhi.- "No solo se trata de un proyecto futurista, sino que también se trata de una ambiciosa declaración de acción global por cada país", afirmó el ministro indio de Medio Ambiente, Prakash Javadekar, en una rueda de prensa en Nueva Delhi.
La reunión de alto nivel, que según Javadekar contó con la presencia de 70 ministros de Medio Ambiente y la participación de 8 mil 500 delegados, se centró en buscar estrategias para conseguir la Neutralidad de la Degradación de las Tierras (NDT), lo que implica que la calidad de las tierras se mantenga estable o aumente.
La declaración hace especial énfasis en la necesidad de alentar los proyectos comunitarios y programas con perspectiva de género.
Durante el curso de la COP14, que arrancó el pasado 2 de septiembre, la India se comprometió a restaurar 26 millones de hectáreas degradadas antes de 2030, frente a los 21 millones con los que se había comprometido en 2015 durante la COP21 contra el cambio climático celebrada en París.
Según el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU contra la Desertificación, Ibrahim Thiaw, en los últimos tres años un buen número de países afectados por la desertificación han fijado sus objetivos de restauración de tierras.
"De los 170 países que han declarado estar afectados por este fenómeno, 122 ya han marcado sus metas", señaló Thiaw durante la conferencia de prensa.
El secretario general declaró que "las partes se han despertado por fin ante el desafío que suponen las sequías, que se van a volver cada vez más frecuentes en los próximos años".
Pero el planeta no saldrá victorioso en su lucha contra la desertificación y el cambio climático "a menos que no pongamos a la gente primero, no se trata de los aspectos biofísicos de la restauración de las tierras sino de mujeres, jóvenes, de salud y economía", apuntó.
La Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación se adoptó en París en 1994 y desde 2001 los Estados signatarios se reúnen cada dos años.
La ONU calcula que cada año se pierden en el mundo 24 mil millones de toneladas de suelo y la degradación de las tierras secas reduce en un 8 % el Producto Interior Bruto de los países en desarrollo.