México.- El proyecto “Restauración del paisaje de manglares; una oportunidad para el desarrollo social en el sitio Ramsar Sistema de la Laguna Alvarado, Veracruz”, implementado por Pronatura Veracruz A.C con el financiamiento otorgado por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) del Gobierno de Alemania, a través de la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI), ha apoyado en la restauración más de 200 hectáreas de bosques de manglar.
La efectividad de la recuperación del manglar requiere transformar la relación de la sociedad con los manglares, los bienes y servicios que brindan a la sociedad.
La educación ambiental y sensibilización tienen un papel central en este proceso. Los niños y jóvenes en las comunidades locales son agentes clave en la adaptación al cambio climático y en la construcción de socioecosistemas resilientes.
En el objetivo 13 de la Agenda 2030 “acción por el clima” se denota la importancia de la educación, sensibilización y capacidad humana para la adaptación y mitigación al cambio climático. Estos principios son fundamentales para asegurar el cumplimiento de las metas de restauración ecológica de manglares.
Este proyecto trabaja con escuelas rurales aledañas a las zonas de restauración ecológica y de aprovechamiento sustentable. Ello ha permitido integrar la participación de jóvenes de los ejidos propietarios del manglar, mismos que tendrán un rol clave en la toma de decisiones futura sobre el ecosistema. Hasta hoy han participado más de 93 jóvenes, once maestros y padres de familia que apoyaron las actividades.
La educación y sensibilización tiene el reto de adaptar métodos y diseñar materiales innovadores, que puedan ser apropiados por las comunidades. Un ejemplo de estos materiales es Pro-Manglar, un juego de mesa diseñado para incentivar la reflexión en torno a la importancia de los manglares, sus amenazas y las acciones para preservarlos.
Los personajes en Pro-Manglar son especies de fauna emblemáticos para la cultura y economía local, como el cocodrilo de pantano (Crocodylus morelettii) o la Jaiba azul (Callinectes sapidus). Así mismo, la gráfica del juego hace referencia a los motivos y patrones usados a lo largo de generaciones por las comunidades del Sistema Lagunar de Alvarado en sus textiles y alfarería. Esto permite generar un sentido de identidad vinculado a la conservación y restauración de los bosques de manglar.