Quito.- Esta es la segunda vez que se produce un retorno de esta especie, desde la apertura del centro en 2002, cuando se trasladaron nueve individuos.
Las tortugas de este segundo traslado están en edades comprendidas entre los cinco y nueve años, y nacieron en cautiverio en el centro de crianza.
Previa a su liberación, los quelonios se mantuvieron en un proceso de pre-adapatación, en el que los técnicos y guardaparques evaluaron su estado de salud y colocaron un dispositivo de identificación para monitoreos posteriores.
Las tortugas, que fueron trasladadas en una embarcación rápida de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), pesaban entre 15 y 30 libras, y medían entre 30 y 50 centímetros de largo en promedio.
Luego de dos horas de navegación, fueron desembarcadas, y los guardaparques empezaron una larga caminata de ocho kilómetros cargando los quelonios, hasta dejarlos "en una zona que garantice su introducción a su hábitat natural", indicó la Dirección del Parque en su perfil de la red social Facebook.
De acuerdo a un censo realizado en 2016, en el archipiélago de Galápagos hay unas 6 mil 700 tortugas terrestres de la especie Chelonoidis chathamensis, que está en peligro de extinción.
Las islas Galápagos, que deben su nombre a las grandes tortugas que lo habitan, están situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y fueron declaradas en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Sus reservas terrestre (7 mil kilómetros cuadrados) y marina (138 mil kilómetros cuadrados), contienen una rica biodiversidad, considerada como un laboratorio natural que permitió al científico británico Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.