México.- Un estudio reciente en más de 250 botellas de 11 marcas líderes en el mundo reveló que un litro de agua embotellada puede contener miles de partículas microplásticas, un nivel mucho mayor al encontrado en muestras de agua municipal.
Los microplásticos contienen sustancias químicas tóxicas que pueden afectar la salud humana, la vida silvestre y los entornos naturales.
El agua embotellada se surte de la misma fuente que uno paga en su casa, pero está menos regulada y monitoreada. En muchos países, como en los Estados Unidos, las compañías de bebidas son las que tratan y prueban el agua que venden, lo que resulta en estándares de calidad inferiores y una inadecuada protección contra la contaminación.
A pesar de la creciente demanda, solo el cinco por ciento de los plásticos se reciclan de manera efectiva, mientras el 40 por ciento termina en vertederos
Las botellas de agua se hacen de plástico, el cual genera contaminación en cada etapa de su vida: desde la producción hasta la eliminación. Muchos plásticos contienen sustancias químicas que se filtran en el agua y alimentos para, finalmente, acumularse en el sistema biológico humano. A pesar de eso, la producción crece más rápido que nunca.
"A pesar de la creciente demanda, solo el cinco por ciento de los plásticos se reciclan de manera efectiva, mientras el 40 por ciento termina en vertederos y un tercio en ecosistemas frágiles como los océanos del mundo", afirmó Graeme Wearden, de The Guardian.
El nuevo informe de la Fundación Ellen MacArthur advierte que puede haber más plástico que peces en el océano para 2050, a menos que los desechos dejen de terminar en las vías fluviales.
Como consecuencia, los suministros mundiales de agua se degradan cada vez más en calidad, son costosos de tratar con estándares de consumo y son más escasos, factores que generan un choque de intereses entre empresas, autoridades estatales y usuarios locales.