México.- En el seminario “Contaminación por plásticos de un solo uso: una mirada legal, técnica y local”, auspiciado por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), se abordó la problemática de los plásticos de un solo uso, desde los aspectos legal, técnico y local, por parte de expertos.
Durante el seminario se dio a conocer que la “Ley 1819 de 2016”, de Colombia, creó el Impuesto Nacional al Consumo, en la cual se establece que paga el gravamen quien solicita la bolsa. Además, el monto del impuesto se destina a la protección de ecosistemas marinos y costeros.
Se precisó que el gravamen carece de fines recaudatorios y más bien se utiliza para desalentar el uso de los plásticos y, eventualmente, un cambio de conducta de los consumidores.
Por otra parte, se informó que en Costa Rica hay una Ley General y por lo menos 20 reglamentos sobre la cuestión, y que desde los años 80 se promueve la separación de los residuos y el reciclaje, pese a lo cual se generan cuatro mil 200 toneladas diarias de desechos.
Podemos utilizar el cartón, el vidrio, el papel, pero eso podría llevarnos a temas de sobreexplotación de esos recursos, además de que no hay que cambiar desechable por desechable
De ese total, 25 por ciento queda a cielo abierto; 64.7 por ciento en vertederos o rellenos sanitarios; 4.75 por ciento se recicla en el país y 5.35 por ciento se exporta. En suma, 91 por ciento de los desechos queda sin reciclar, a pesar de que Costa Rica lleva 60 años promoviendo el reciclaje.
Los ponentes destacaron que no existe una alternativa real, perfecta, para solucionar el uso de los plásticos. “Podemos utilizar el cartón, el vidrio, el papel, pero eso podría llevarnos a temas de sobreexplotación de esos recursos, además de que no hay que cambiar desechable por desechable”.
Igualmente se refirieron a los popotes o pajillas, de los cuales consideraron no hay necesidad de sustituirlos, salvo en casos especiales, en los cuales pudieran utilizarse los de acero inoxidable o bambú. Es un cambio de cultura.
En torno a las bolsas para llevar productos, dijeron que abundan las alternativas, pero siempre en busca de que sea algo reutilizable.
Acerca de las botellas, estimaron se trata más de un caso de mercadotecnia, ya que “el 91.5 por ciento del agua en Costa Rica es potable, lo cual hace innecesarias las botellas”.
A final de cuentas, coincidieron los expositores, más que un problema de regulaciones, se trata de lograr un cambio de comportamiento del consumidor, a quien también debe dejar de verse como el principal causante o como una víctima.
Es importante notar que el consumidor no tiene opciones en el mercado, porque todo se le presenta empacado en plástico por las grandes cadenas comerciales. El cambio de hábitos debe venir acompañado de regulaciones.
Debe hacerse un llamado a consumir menos, a comprar sólo lo necesario, y a generar una conciencia individual sobre la huella ecológica de cada persona, al tiempo de reducir el precio de los productos ecológicos.
El reto es individual, de concienciar a las personas, sobre el mundo que estamos dejando a las nuevas generaciones, concluyeron los expertos de las organizaciones AIDA-Américas, Fundación Mar Viva, de Colombia; de Centro Ambiental, de Costa Rica, y de la Red Global para el estudio de los derechos humanos y el ambiente.